Un estado en Brasil pidió apoyo al Ejército tras una huelga de la Policía Militarizada. Se trata del estado brasileño de Espírito Santo que pidió al gobierno Federal que garantice la seguridad pública con el Ejército.
El secretario de Seguridad Pública, André García, señaló que está haciendo “todo lo posible por retomar la normalidad” en el estado.
Desde el pasado sábado 4 de febrero, familiares de policías militarizados protestan por mejoras salariales y laborales y han impedido la salida de los agentes de sus cuarteles.
La situación despertó el temor de la población donde las secretarías municipales de Educación y algunas universidades suspendieron el inicio de las clases escolares que comenzaban este lunes.
Decenas de locales comerciales, supermercados y agencias bancarias cerraron sus puertas, mientras que partidos de diferentes deportes fueron suspendidos por la falta de seguridad en los estadios. Ante la situación el Ejército está ajustando los detalles para enviar tropas.
Familiares de los policías militares encabezan la protesta dado que los agentes tienen estatus de soldados y el Código Penal Militar brasileño castiga con una condena de hasta dos años de prisión su participación en huelgas o manifestaciones.
Entre tanto el gobierno regional exige el retorno de los policías a las calles para retomar las negociaciones con el sindicato.
La situación de la seguridad pública en Espírito Santo se suma a la crisis penitenciaria en el norte y noreste del país, que en lo que va del año ha derivado en más de 130 muertes en rebeliones de cárceles.
Además se suma a la protesta que policías de Brasil protagonizaron en julio de 2016 para exigir mejoras laborales, en el marco de la realización de los Juegos Olímpicos.
Los oficiales sufren retrasos en el pago de sus salarios, así como un desabastecimiento en el equipamiento básico necesario para el cumplimiento de sus funciones, desde la escasez de combustible para vehículos y de material de oficina hasta la falta de elementos básicos de higiene.
Con un salario base de USD $15.000 dólares al año y graves deficiencias en su equipamiento, la Policía lucha contra grupos de narcotraficantes fuertemente armados, lo que produce un evidente aumento del riesgo en sus enfrentamientos.
Fuente: Diario Las Américas