El sector Salud en Venezuela se encuentra en alerta epidemiológica tras el brote acelerado de difteria. El número de casos sospechosos se ha multiplicado a 300 en siete estados del país suramericano.
A seis meses de la aparición de la enfermedad que cobró la muerte de tres niños, hay síntomas clínicos de la infección en la región norte y sur de Venezuela, causando alarma en la población.
Cabe destacar que en ninguna de las entidades ni las autoridades sanitarias han divulgado información completa y oportuna sobre el estatus de riesgo que representa esta enfermedad que volvió a emerger.
“Ya no es posible ocultar la magnitud y extensión territorial de la epidemia de difteria en Venezuela, mediante el silencio oficial continuado, o con declaraciones oficiales que afirman erradamente ‘que es un asunto regional, bajo control’”, señala el documento emitido por la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional.
Datos publicados en la sexta alerta epidemiológica confirman el aumento acelerado y la expansión de la infección cuyo primer caso fue detectado en abril.
El boletín refiere que la enfermedad se ha propagado a otros seis estados, además de Bolívar. En Monagas, Apure, Sucre, Anzoátegui, Miranda y Distrito Capital, entidades que representan demográficamente 25 % de todo el país.
Los especialistas alertan que con el avance de la epidemia cada vez más regiones entran a la categoría de vulnerables, por lo que para proteger a la población se debe realizar con urgencia una campaña masiva de vacunación en todo el país.
Señalan que otras seis entidades están en alto riesgo de contagio por no haber alcanzado la inmunización óptima.
La cobertura de vacunación debería alcanzar por lo menos con cinco millones de dosis. Alrededor de dos millones personas, principalmente adultos y adolescentes que residen en zonas de alto riesgo, requerirían ser vacunados, así como aproximadamente 500.000 trabajadores y profesionales de la salud que están en contacto directo con infectados.
En Venezuela la difteria fue erradicada en la década de los años cuarenta, luego de administrar masivamente los componentes de la vacuna; sin embargo, en el siglo XXI y en plena crisis sanitaria, resurge la enfermedad y no hay cómo controlarla.
Los médicos en el estado Bolívar, al sur del país, denuncian que hay racionamiento del tratamiento con antitoxina diftérica y antibiótico; además se han visto obligados a suministrar los medicamentos que hay, aunque en algunos casos hayan sobrepasado su fecha de vencimiento.
Los especialistas solicitaron a través de un comunicado, aumentar el abastecimiento de vacunas y antibióticos para detener la propagación de esta enfermedad.
Fuentes: El Nacional; Efecto Cocuyo