El régimen de Cuba decidió suspender de manera temporal la entrega de licencias para la apertura de nuevos restaurantes privados conocidos popularmente como “paladares”.
Según la agencia de noticias Reuters el Gobierno de la isla ha recrudecido la presión y escrutinio sobre los que ya operan en La Habana, y ha advertido a los dueños de dichos locales que deben obedecer las regulaciones establecidas.
La reciente suspensión temporal afectará no solo a los interesados en comenzar un negocio, sino a los emprendedores exitosos que ansían ampliarse o abrir otras sucursales en diferentes puntos de la ciudad.
En las últimas semanas los dueños de algunos “paladares” han sido citados por el gobierno para ser instruidos sobre presuntas violaciones que cometen los restaurantes privados, como evadir impuestos, comprar suministros en el mercado negro u operar clubes y bares ilegales.
Algunos de los empresarios privados que han sido citados a estas reuniones dicen que esperan un recrudecimiento de las regulaciones existentes y más visitas de inspectores y auditores estatales.
La mayoría de estos restaurantes se establecieron en un área dentro de las propias viviendas de sus dueños. Actualmente solo pueden tener un máximo de 50 asientos y deben comprar sus insumos en tiendas y mercados estatales minoristas a diferencia de los competidores estatales que no tienen restricciones de asientos y pueden acceder a mercados mayoristas.
Además, según testimonios a medios independientes, los cuentapropistas o dueños de esos negocios están obligados a pagar el 10 % de su ganancia al Estado.
Fuentes: El Nuevo Herald; Martí Noticias