Tras la posible detención del expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, movimientos sociales de izquierda se mantienen en vigilia y organizando protestas en Brasil.
Más de un centenar de personas se congregaron desde la noche de este domingo 17 de octubre frente al apartamento de Lula, en Sao Bernardo do Campo, municipio de la región metropolitana de Sao Paulo y cuna de los movimientos sindicales que dieron origen al Partido de los Trabajadores (PT).
En las últimas horas ha crecido el rumor de que el juez Sergio Moro ordenará la detención de Lula, actualmente procesado por tres casos de corrupción.
Los líderes de la llamada “resistencia”, opositores al actual gobierno de Michell Temer, aseguran que lucharán por evitar la detención del exmandatario.
“En caso de prisión, vamos a deflagrar una marcha hasta el juzgado de Curitiba. No permitiremos este clima de hecho consumado”, dijo el coordinador nacional del Movimiento Sin Tierra Joao Paulo Rodriguez, aliado de Lula.
El rumor surge luego de que el abogado Eduardo Guimaraes denunciara a través de su blog, que se tomó decisión de detener al expresidente la próxima semana.
Cabe destacar que el juez encargado de llevar el juicio de la Operación Lava Jato, aceptó una denuncia de la fiscalía contra Lula por posibles ventajas indebidas y presuntos sobornos en Petrobras.
El jueves pasado Lula tuvo su tercer procesamiento, luego de que el juez de Brasilia Vallisney de Souza Oliveira aceptó abrirle juicio por posible corrupción en un préstamos del banco de fomento BNDES a la constructora Odebrecht para obras en Angola.
El otro proceso se basa en la denuncia del exsenador del Partido de los Trabajadores, Delcidio Amaral, que acusó a Lula de intentar impedir que un director corrupto confeso de Petrobras se convirtiera en un delator del escándalo.
La posible detención de Lula fue un tema abordado por la expresidenta destituida Dilma Rousseff, en diálogo con una radio de Porto Alegre, y afirmó que “un arresto será visto a los ojos del mundo como la continuación del golpe”.
Fuente: El Comercio; El Nuevo Herald