A pesar de estar supuestamente resguardado por funcionarios de Seguridad del Estado, el Hospital Universitario de Caracas (HUC) en Venezuela está controlado por una agrupación armada.
Se trata de al menos 20 personas armadas que no solo cuentan con una oficina en la planta baja del recinto hospitalario, sino que además cumplen funciones de vigilantes, camilleros, asistentes y supervisores; a pesar de ser delincuentes.
De acuerdo con un reportaje publicado por el diario local El Nacional; el grupo cuenta con total impunidad; tanto así, que sus miembros han sido capaces de disparar contra pacientes y transeúntes del recinto a la vista de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que tienen el deber de proteger la institución. “Actúan con el total amparo de la junta directiva” dice El Nacional.
Según el reportaje, el grupo delictivo se ha encargado de ejercer amenazas sobre los trabajadores que deciden exigir mejoras laborales.
Pablo Zambrano, directivo de Fetrasalud, indicó: “Los empleados asisten atemorizados. Muchos se encierran en sus oficinas y no salen de ahí hasta que finaliza la jornada, pese a que en los últimos días se instalaron 11 funcionarios de la Guardia Nacional que recorren las instalaciones para reforzar las labores de custodia”.
Hace tres semanas enfermó un familiar de un miembro de ese grupo y lo ingresaron en el HUC. El médico que lo recibió fue amenazado. “Más vale que lo atiendas bien porque si se me muere, te va a salir caro. Así me dijo el hombre”, manifestó el médico que prefirió mantener su nombre en reserva.
Aunque el Hospital Universitario de Caracas es el centro de salud con más episodios de violencia en el país, existen otros centros hospitalarios con el mismo problema.
Las adyacencias del hospital Periférico de Coche han sido escenario de combate entre bandas delictivas. Warner Martínez, médico residente de esa institución, recordó que hace dos meses, cuando cubría una guardia, dos encapuchados tomaron la sala emergencia.
Fueron en busca de un paciente herido de bala. Lo querían rematar y a punta de armas automáticas les exigieron a los médicos que lo entregaran o de lo contrario matarían al personal. “No había otra opción y dejamos que se lo llevaran”. Los dos vigilantes y dos milicianos que se encontraban en esa área no pudieron hacer nada.
El hospital en Los Magallanes de Catia en Caracas no es la excepción, colectivos armados acosan a aquellos trabajadores de la salud que han decidido organizar protestas callejeras para exigir que se resuelva la falta de insumos y la escasez de medicamentos.
Llegaban grupos de entre 20 y 30 motorizados que exhibían pistolas cuando abrían sus chaquetas en señal de poder para disuadirnos. Junto con ellos se agrupaban ancianas que llevaban piedras en bolsos para lanzarlas contra los manifestantes. “Se alborotaban cuando exigíamos reclamos. En este país la protesta es un delito y pretenden silenciarla con estas acciones”, expresó Rosa Torrealba, traumatóloga de Los Magallanes de Catia. “En los últimos meses se han calmado, me imagino que también están afectados por la crisis”.
Fuente: El Nacional