Las cárceles en Venezuela se encuentran en un estado crítico de hacinamiento; así lo informó este lunes 26 de julio el director del Observatorio Venezolano de Prisiones (OVP), Humberto Prado.
En declaraciones a la prensa local, Prado señaló que en el país suramericano existe una población de 50.000 presos; lo que significa al menos un custodio o guardia por cada 100 reclusos.
El directivo del OVP dijo que la cantidad de reclusos en las prisiones del país superan 210% de la capacidad, lo cual califica como “hacinamiento crítico”.
Dijo además que Venezuela no cumple con los estándares internacionales, pues debe haber al menos un custodio por cada 10 reclusos.
Del mismo modo, Prado informó que el número de cárceles en el país es insuficiente para la cantidad de presos.
Según un balance realizado por la ONG, el Gobierno tanto de Hugo Chávez como de Nicolás Maduro ofreció la entrega de 24 nuevos centros penitenciarios; sin embargo hasta la fecha solo se han entregado dos.
El Observatorio Venezolano de Prisiones realizó un balance de los primeros 5 años de gestión de la ministra de Asuntos Penitenciarios, Iris Varela, en el que se determinó que solo se han construido dos cárceles de las 24 prometidas en 2014.
Según Prado, director del organismo, durante el gobierno de Hugo Chávez se aprobaron más de 1,4 mil millones Bs. para la construcción de los 8 primeros penales entre 2012 y 2016.
El informe agrega que el centro de reclusión para procesados 26 de Julio, en Guárico, aún está inconcluso. La obra albergaría a 1.970 reclusos pero actualmente hay 800 internos recluidos.
Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos
El pasado 19 de julio el Observatorio Venezolano de Prisiones presentó las “Reglas Mandela” en favor de los derechos de los reclusos.
Las 122 normas fueron inspiradas en la “dignidad y valor del ser humano”; están basadas en el no maltrato, no discriminación, atención médica adecuada y oportuna, derecho a la defensa, restricción del régimen de aislamiento, garantía de la no impunidad por lesiones y muerte, así como también reivindica al penitenciarista y su gestión.
Dichas reglas fueron creadas en el Primer Congreso sobre Prevención del Delito y Tratamiento del Delincuente de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en el año 1955, y más recientemente en 2011 fueron ampliadas y reformadas por un equipo de expertos intergubernamental de composición abierta, cuyo resultado fue finalmente aprobado el 17 de diciembre de 2015 en Asamblea General.
Entre las recomendaciones se establece que los procesados y penados deben estar separados, al igual que los jóvenes y adultos; en tanto, se deben suministrar camas individuales, espacios limpios con adecuada iluminación, calefacción y ventilación, además de alimentación suficiente, atención de salud con los mismos estándares que la población libre.
Fuente: El Nacional