Las autoridades estadounidenses piden desesperadamente la participación de cientos de donantes de sangre para ayudar a las víctimas heridas en el tiroteo en una discoteca de Orlando. Sin embargo, la comunidad gay de esa localidad, que se ha mantenido activa y solidaria, tiene prohibido participar en la donación de plaquetas.
Pese a los rumores de que las autoridades de Estados Unidos habían levantado temporalmente el veto a los gays, la prohibición se mantiene pese a la crisis médica que ha supuesto la masacre del bar Pulse, donde un tirador solitario asesinó a 50 personas e hirió a medio centenar más.
Un banco de sangre de Orlando, Oneblood, había pedido a los vecinos que acudieran a donar para socorrer a los heridos. Los ciudadanos respondieron y acudieron en masa. Según la nota, las autoridades están pidiendo desesperadamente sangre de tipo O negativo, positivo de O y AB de plasma de donantes de sangre.
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés), en diciembre del pasado 2015, habría aprobado la ley que prohíbe la donación de sangre de por vida para los homosexuales. Sin embargo, en lugar de eso, redujo ese veto a cualquier hombre que hubiera tenido relaciones con otro hombre en los últimos 12 meses.
La justificación para el período de abstinencia de un año, de acuerdo con la FDA, es que las pruebas de laboratorio no recogen las infecciones recientes.
Los críticos reclaman que los hombres con relaciones monógamas sean descartados para donar sangre, mientras que sí permiten a hombres y mujeres heterosexuales que han tenido múltiples parejas sexuales en el último año.
La restricción ha causado frustración e indignación entre activistas LGBT por no poder ayudar a su propia comunidad, que se vio directamente afectada por el ataque. Ante esta situación, se ha reanudado el debate sobre la discriminación contra homosexuales que desean donar sangre.
“Es indignante que nuestra sangre pueda ser derramada pero no donada”, escribió el periodista John Paul Brammer en una columna de opinión en el diario británico The Guardian.
“A pesar de los hechos y los llamados por parte de expertos en todo el país para levantar el veto, la homofobia y el pánico contra los gay continúan manteniéndolo vigente”, continuó Brammer.
Más de 35.000 donantes han acudido
Susan Forbes, vicepresidenta de comunicación de la organización OneBlood, explicó a EFE que en lo que llevan de día cerca de 35.000 personas han donado sangre en la ciudad de Florida, consternada por una masacre que ha dejado más de 50 personas heridas, algunas de ellas en estado crítico.
Forbes señaló que necesitan que en los próximos días se mantenga este flujo de donantes, porque los heridos pueden necesitar mucha sangre y las reservas pueden bajar en cualquier momento.
Fuentes: ABC Internacional; Wired