EnglishEl alcalde del municipio Chacao en Caracas, Ramón Muchacho, informó que en las calles de la capital venezolana hay hombres y mujeres matando animales para comérselos.
A través de su cuenta en Twitter, Muchacho denunció que en Venezuela es una “dolorosa realidad” ver cómo las personas “cazan gatos, perros y palomas” para paliar el hambre.
A propósito de la noticia de ayer sobre unos militares que se robaron unos chivos para comer: pic.twitter.com/JjH2xdkRf7
— RAMÓN MUCHACHO (@ramonmuchacho) May 3, 2016
PanAm Post también fue testigo del hambre que pasan los venezolanos, pues en el mercado Guaicaipuro —un mercado municipal— en la capital venezolana personas recogían vegetales del suelo para comérselos.
Lo mismo se pudo apreciar en la avenida Urdaneta, una de las principales vías de Caracas, específicamente frente al Ministerio Público, donde también intentaban “rescatar” bolsas de chicha —una bebida de arroz tradicional— en polvo vencidas para ingerirlas.
La crisis en Venezuela se acrecienta cada día más, pues la escasez y el desabastecimiento superan 70%, al tiempo que la inflación es la más alta del mundo.
La desesperación en la población se empieza a manifestar con saqueos y robos para obtener el alimento. Este domingo 1° de mayo fueron detenidos seis funcionarios del Ejército venezolano por robar chivos (una especie de ganado caprino) que alegaron que en el Fuerte militar Manaure no hay qué comer.
La semana pasada varios estados del país fueron escenario de saqueos en farmacias, centros comerciales, supermercados y hasta camiones con comida. En varios locales los asaltantes gritaban: “Tenemos hambre”.
La Cámara Venezolana de Alimentos (Cavidea) informó que las empresas solo disponen de 15 días de inventario. Según el gremio, la continuidad de la producción se verá afectada porque se agotan las materias primas e insumos nacionales e internacionales.
Los empleados de los supermercados por su parte afirmaron a PanAm Post que ya no llega la misma cantidad de comida que antes y deben lidiar con la molestia de las personas al no conseguir los alimentos que buscan.
Como las compras en los mercados se registran en máquinas captahuellas, “el sistema” no permite que los venezolanos adquieran un mismo alimento regulado si 15 días antes se registró la compra del mismo producto.
Por haber poca producción, millones de personas amanecen en largas filas para adquirir los productos de la cesta básica, muchas de ellas los revenden para obtener unos “ingresos extra”.