El Estado Islámico, mejor conocido como ISIS, amenazó a Brasil con un atentado terrorista y las autoridades de ese país confirmaron la autenticidad de dicha amenaza.
La amenaza fue hecha en la red social Twitter por el francés Maxime Hauchard, integrante de ISIS, en noviembre de 2015, quien anunció que Brasil “es el próximo blanco” de un ataque terrorista.
Luiz Alberto Sallaberry, director del Departamento de Contraterrorismo de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN), admitió la veracidad de dicha amenaza este jueves 14 de abril en una conferencia que dictó en la Feria Internacional de Seguridad Pública y Corporativa.
El director de la ABIN aseguró que el organismo ha elevado su nivel de alerta ante posibles atentados, no solo por la proximidad de los Juegos Olímpicos en Río de Janeiro, sino también por la escalada terrorista que se ha registrado en otros países.
Dijo que el organismo al que representa también considera que la posibilidad de atentados en Brasil se elevó en los últimos meses por el creciente número de brasileños que vienen defendiendo la ideología de ISIS, al menos en las redes sociales.
Aseguró además que han adoptado medidas para evitar posibles ataques terroristas, entre las cuales están un mayor intercambio de informaciones con servicios de inteligencia de otros países y la capacitación de profesionales de sectores estratégicos en la seguridad y la defensa.
[adrotate group=”7″]Pero esta noticia, no sorprende a quienes desde hace un tiempo vienen advirtiendo la posibilidad de que el Estado Islámico empiece a actuar sobre territorio latinoamericano.
José Marulanda, columnista de PanAm Post, abogado, asesor de seguridad y coronel de la Reserva Activa del Ejercito de Colombia dijo el pasado 4 de abril que Latinoamérica ofrece buenos refugios y suficiente corrupción para esconder o proteger a cabecillas terroristas.
Agregó además que Brasil podría ser la próxima víctima:
Brasil se preocupa por sus Juegos Olímpicos, un escenario mundial ideal para un acto terrorista mayor, y que debido a la turbulencia económica y política por la que atraviesa el país, han sufrido una reducción del presupuesto de seguridad en unos 600 millones de dólares.
Fuente: El Tiempo.