Una empresa de envío de encomiendas entre España y Ecuador cerró sus operaciones en sus oficinas en Madrid y otras ciudades, por lo que ahora miles de ecuatorianos denuncian que fueron víctimas de una estafa porque muchos de sus paquetes no ha llegado a su destino.
Se trata de la empresa de paquetería OGC Logistics la cual cerró sus oficinas este lunes 7 de marzo dejando a sus trabajadores sorprendidos tras llegar a sus lugares de empleo y encontrar que se destruyeron documentos de los almacenes. Según el diario El País de España, habría al menos 5.000 personas afectadas.
Algunas pertenencias alcanzan los 35.000 euros, ya que el peso mínimo de cada envío era de 30 kilogramos.
Fuentes aseguraron al diario El País que unos 43 contenedores con los envíos de los últimos meses se encuentran retenidos en la aduana ecuatoriana, en el puerto de Guayaquil.
OGC tiene sus oficinas principales en Madrid y sucursales en Murcia, Palma de Mallorca, Barcelona y Hospitalet de Llobregat; además contaba con una oficina en Bruselas (Bélgica) y se recibían paquetes de Francia, Reino Unido, Alemania, Italia, Holanda, Suiza y Luxemburgo.
Ahora los perjudicados en Madrid centran sus esfuerzos en crear una plataforma para emprender acciones legales conjuntas contra OGC. Para esto han recurrido, principalmente, a las redes sociales.
En Facebook cuentan con un grupo público en el que esperan aglutinar al mayor número de afectados.
Entre tanto los clientes buscan que las autoridades en Ecuador intervengan los 43 contenedores que presuntamente están varados en el puerto de Guayaquil. La empresa nunca los retiró y temen que sus bienes sean subastados.
La Cancillería de Ecuador informó este miércoles 9 de marzo que la Embajada de Ecuador en España brindará asistencia a los ecuatorianos perjudicados por el caso en ese país.
Miriam Ramírez, representante de la Defensoría del Pueblo en Madrid, reconoce que meses atrás se detectaron algunas anomalías. “La empresa no tenía en Ecuador una contraparte y obligaba a los clientes a declarar que los bienes eran usados pese a ser nuevos; así podían pasar como menaje de hogar y no pagar impuestos”, dijo.
Fuentes: El País; El Universo.