En América del Sur ha bajado el cultivo de coca, pero ha crecido el consumo, según lo informó la Organización de Naciones Unidas en un informe publicado este miércoles 2 de marzo.
Aunque la región registra la mayor producción de cocaína en el mundo, los gobiernos de Suramérica siguen “ganando la batalla” a la reducción de los cultivos, mientras que el consumo sigue aumentando, sobretodo en Brasil.
Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), en su informe anual, si en 2013 los esfuerzos de Perú, Colombia y Ecuador lograron reducir los cultivos de arbustos de coca a su mínimo en 14 años, en 2014 se mantuvo la tendencia en Perú y Ecuador, pero no en Colombia.
De acuerdo con el organismo, en Colombia la superficie dedicada al cultivo de coca creció hasta 69.000 hectáreas, lo que representa 44% más respecto a 2013.
La JIFE también señala que Perú, Bolivia y Colombia son aún el origen de la mayoría de la cocaína fabricada en el mundo, durante 2014 se encontraron 12 laboratorios en Argentina y 22 en Chile, lo que apunta a que los procesos de refinado “también se llevan a cabo en otros países de la región”.
Aunque el consumo está muy extendido en Sudamérica, también es objeto de tráfico junto a la cocaína e incluso se usa como moneda para pagar servicios de transporte y distribución a lo largo de las rutas hacia los principales países consumidores, en América del Norte y Europa.
Los datos indican que las drogas cuyo uso está más extendido son el cannabis (5,6% de la población entre 15 y 64 años la probó al menos una vez en los 12 meses pasados), la cocaína (1,2%) y las anfetaminas y estimulantes (0,5%).
El órgano de control de la ONU también recomendó un mayor control de la venta y movimiento de avionetas que se utilizan con frecuencia creciente para el tráfico de cocaína desde pistas clandestinas de zonas remotas de América del Sur.
Aumenta el consumo de heroína
Según la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes, el consumo de heroína está resurgiendo en Estados Unidos, el mayor país consumidor de drogas, con una participación creciente de los carteles mexicanos.
De acuerdo con la JIFE la heroína está encendiendo las alertas porque “vuelve a ser una de las sustancias objeto de mayor abuso en América del Norte, tras varios años en que la prevalencia había disminuido”.
En Estados Unidos, el volumen de heroína incautada aumentó 81% en cinco años, las detenciones de traficantes se duplicaron entre 2007 y 2014 y aumentó 39% el número de muertes por sobredosis de heroína entre 2012 y 2013.
En sus recomendaciones, el organismo de la ONU llamó a los países de la región a reforzar el sistema de fiscalización de sustancias químicas usadas para fabricar drogas sintéticas.
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Represión en la “guerra” contra las drogas
El presidente de JIFE, el alemán Werner Sipp aseguró que se está implementando represión y actos inhumanos durante la lucha contra las drogas.
Los tratados internacionales no abocan a la “guerra contra las drogas”. Aplicar soluciones “militarizadas”, “inhumanas” o puramente represivas al problemas de los narcóticos es contrario al espíritu de las convenciones.
“El mundo no tiene que elegir entre la aplicación militarizada de las leyes sobre drogas y la legalización, sino que tiene que poner la salud y el bienestar de la población en el centro de una política equilibrada”, resume Sipp.
La JIFE es un organismo dentro de las Naciones Unidas que se encarga de velar por el cumplimiento de los tratados internacionales sobre drogas y en su informe anual presentado este miércoles analiza las políticas y el debate actual sobre narcóticos.
Fuentes: El Litoral; El Día