
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama presentó este martes ante el Congreso de ese país su plan para cerrar la cárcel de Guantánamo ubicada en Cuba.
El plan se trata de una “estrategia de detención integral” cuyo objetivo es enviar a 91 presuntos terroristas presos, a terceros países, y a instalaciones federales en EE.UU.
En su último discurso sobre el Estado de la Unión, en enero pasado, Obama reiteró su promesa de tratar de cerrar
Guantánamo, que calificó como una cárcel “cara e innecesaria”.
En 2015 el Pentágono comenzó a estudiar algunos lugares en los que se puede reubicar a los detenidos dentro de suelo estadounidense; se incluyen las instalaciones federales en Colorado, Carolina del Sur y Kansas.
El portavoz de la Casa Blanca, Josh Earnest aseguró que el Gobierno presentará una argumentación convincente sobre el cierre de la prisión y sus beneficios para la seguridad nacional. “Queremos trabajar con el Congreso para hacer realidad esas alternativas”, aseguró.
Según la agencia informativa The Associated Press (AP) el esperado plan requiere US$ 475 millones en costos de construcción, pero ahorraría hasta US$ 180 millones anuales en gastos operativos.
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Las fuentes del Gobierno señalaron que el plan contempla 13 ubicaciones diferentes en Estados Unidos, incluidas siete instalaciones penitenciarias, así como otras seis ubicaciones en bases militares. No incluye una recomendación de tiempo para completar el traslado, y las estimaciones de gastos pretenden servir de punto de partida para las negociaciones en el Legislativo.
Según El País a los prisioneros de Guantánamo les vigilan y atienden más de 2.000 personas, entre militares y personal civil dedicados a ellos y al sistema de tribunales creado para juzgarlos.
Según estas cifras, cada preso cuesta a las arcas estadounidenses una media de US$4,4 millones de dólares al año, lo que convierte a Guantánamo en la cárcel más cara del planeta.
Barack Obama ha tratado de clausurar el centro de detención de la base militar estadounidense en la isla de Cuba desde que asumió el cargo como Presidente, señalando que “la detención sin juicio de la mayoría de los allí detenidos sirve como argumento a los yihadistas para reclutar nuevos combatientes y alimenta el relato anti-estadounidense”.
Fuente: La Tercera; El Tiempo