Por un presunto cartel en el mercado de la carne de pollo en Chile, la Fiscalía Nacional Económica (FNE) presentó este miércoles 6 de enero un requerimiento ante el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia, en contra de tres empresas que lideran la comercialización de dicho producto alimenticio.
De acuerdo con las autoridades chilenas, los supermercados Walmart, Cencosud y SMU supuestamente mantuvieron, entre 2008 y 2011, un pacto para fijar precios mínimos de venta de la carne de pollo, con el fin de restringir la competencia en el mercado.
“Las cadenas se adhirieron conscientemente a un esquema común que sustituyó los riesgos de la competencia por una cooperación práctica entre ellas, con el objetivo de regularizar el mercado y evitar guerras de precio”, señaló la FNE en un comunicado.
El requerimiento de la Fiscalía pide que cada una de estas empresas que controlan 93 % de la industria de supermercados en Chile, paguen una multa que asciende a US$ 23 millones.
Cencosud, supermercado que también está en Argentina, Brasil, Perú y Colombia, opera en Chile las marcas Jumbo y Santa Isabel, mientras que SMU, presente en Perú, maneja en el mercado local las marcas Unimarc, Bigger, Mayorista 10, Maxi Ahorro, Alvi, Dipac y Comer.
Por su parte, la filial en Chile de la estadounidense Walmart, opera en el país los Hipermercados Lider, Lider Express, SuperBodega aCuenta y Ekono.
Se le denomina colusión al acuerdo entre dos o más empresas de un mercado determinado en el cual definen que cada una actuará de manera concertada respecto del resto de las demás empresas. Así se reparten el mercado, dando lugar a un monopolio e impidiendo a otras empresas entrar en él.
La colusión de mercado en Chile es una actividad ilícita, pero no se penaliza con cárcel, sino con el pago de multas; de acuerdo con las leyes de ese país, pues según lo establecido, un acuerdo de este tipo constituye un acto contrario a la libre competencia.
De acuerdo con las investigaciones, los gerentes de los supermercados se comunicaban vía telefónica o por correo electrónico con las empresas proveedoras de pollos cuando detectaban que otra cadena se desviaba del acuerdo. El objetivo era que los proveedores actuaran como intermediarios, alertando sobre el incumplimiento.
El ministro de Economía chileno, Luis Felipe Céspedes calificó la situación como “indignante” y pidió celeridad al Congreso de ese país, para que apruebe un proyecto de ley en el cual se aumenta el castigo a los involucrados en casos de colusión económica.
“Creo que todos los chilenos debemos mostrar toda nuestra indignación ante este tipo de situaciones. Es un producto básico para los chilenos, quizás la fuente más importante de proteínas. Como Gobierno, mostramos toda nuestra indignación”, dijo Céspedes.
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La colusión se ha vuelto tradicional
Pero no es la primera vez que el mercado de la carne de pollo se ve involucrado en casos de colusión; en 2014 surgió la denuncia del “cartel de los pollos” en el cual estuvieron vinculados los principales productores de esa proteína en el país.
En esa oportunidad el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia multó a Agrosuper, Ariztía y Don Pollo por acordar los precios de los pollos durante quince años, con un perjuicio para los consumidores cercanos a los 1.200 millones de dólares.
En octubre de 2015 también se conoció sobre el “Cartel del Confort” en Chile, en el cual durante aproximadamente 11 años las dos principales industrias de papel higiénico se aliaron para controlar los precios de ese producto de primera necesidad.
Las empresas Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones (CMPC) y SCA, de manera ilícita acordaron fijar los precios, no sólo del papel higiénico, sino también de servilletas, pañuelos desechables y toallas de papel.
Lo mismo sucedió con las principales cadenas farmacéuticas en ese país en 2015, cuando Ahumada, Cruz Verde y Salcobrand obtuvieron beneficios por unos 41 millones de dólares tras el acuerdo para elevar los precios.
La colusión en la fijación de precios, según el Ministerio Público, se tradujo en un alza desconocida para el mercado que sorprendió a los consumidores, que vieron que 48 medicamentos de uso diario, muchos de ellos de primera necesidad, duplicaron su valor habitual.