El sector productivo de Venezuela prevé que para el cuarto trimestre del 2015 la capacidad instalada de las industrias de ese país caiga otros cinco puntos, ubicándose en 37%; esto, por la falta de divisas otorgadas por el Gobierno, el cual se traduce en la escasez de materia prima.
En una rueda de prensa ofrecida el martes 15 de septiembre, y encabezada por Juan Pablo Olalquiaga, presidente de la Confederación Venezolana de Industriales (Conindustria) y secundada por las cámaras de industria de los estados Carabobo, Lara, Miranda y Aragua, — sector que representa a casi el 80% de las fábricas en el país — señalaron que hay una disminución representativa en la producción en Venezuela, lo que genera el desabastecimiento en los anaqueles.
Olalquiaga criticó que el Gobierno venezolano decida importar productos terminados, pues de acuerdo con los industriales, por cada dólar invertido en el exterior, en Venezuela se pueden fabricar cinco productos. Denunció que desde noviembre de 2014 hay una paralización generalizada en el otorgamiento de las divisas para el sector industrial.
Los industriales afirmaron que de continuar esta “situación históricamente dramática” la crisis continuará agudizándose, causando mayor escasez y perjudicando a todos los venezolanos, desde los productores hasta los consumidores.
Afirmaron que el 100% del sector productivo del país se ve perjudicado, lo que va “empobreciendo cada vez más a la sociedad venezolana”.
[adrotate group=”8″]
Olalquiaga puntualizó: “los que trabajamos y hacemos industria, sabemos producir. Tenemos un plan claro de reactivación de las industrias en el país. Necesitamos producir en Venezuela. Es aquí donde necesitamos empleos estables. Es aquí donde no queremos ni una cola más para abastecernos de productos”.
En el encuentro con los medios de comunicación, el gremio instó a los trabajadores a unirse a sus empleadores para exigir a los entes gubernamentales competentes la asignación de divisas o el pago de la deuda con proveedores en el exterior para poder adquirir la materia prima y activar al sector industrial.
“Todos estamos viendo rápidamente las consecuencias de haber sometido a la industria a una situación de ruina y de deterioro. Nuestros trabajadores conocen las dificultades que están afrontando las industrias para las cuales trabajamos. Muchos de los productos que elabora la industria nacional se venden, por obligación, a precios que hacen imposible aumentar sueldos y beneficios. Muy por el contrario, la caída de la producción nos hace ver a diario a trabajadores que se devuelven a sus casas, con salario básico, sin bonos de producción y sin una mínima expectativa de que este problema se pueda resolver en los próximos días, semanas o tal vez meses”, aseveró.
Una industria accidentada
Olalquiaga dijo que “la industria venezolana se está apagando” y que “lucharán hasta el final” para mantener los puestos de trabajo de sus empleados, ya que el sector industrial representado en la rueda de prensa de este lunes, tiene en sus manos al menos a 400.000 trabajadores directos.
Aprovecharon la oportunidad de presentar cinco propuestas al Estado para mejorar la crisis productiva de Venezuela, lo que constituiría un “alivio inmediato” a la situación actual.
En primer lugar, dijeron que es necesario que el Gobierno aborde el pago a los proveedores internacionales; propusieron que de no contar con divisas de manera inmediata, el Estado podría cancelar la deuda con pagaré del Banco Central de Venezuela o con títulos de deuda pública.
Como segundo punto, aseveraron que es necesaria la flexibilización del mercado cambiario de manera que sean la oferta y la demanda las que establezcan la tasa o el valor de la divisa.
En tercer lugar dijeron que es necesario flexibilizar el mecanismo de control de precios, ya que las empresas no pueden aumentar los sueldos de sus trabajadores en el marco de una economía que presenta una inflación descontrolada.
Instaron además al Gobierno a incrementar el volumen de producción de las empresas que antes eran privadas, que fueron expropiadas y que ahora están en manos del sector público.
Por último hicieron un llamado al Estado a modificar la ley de Ciencia y Tecnología, de manera que las empresas puedan tener relación comercial directa con los centros de tecnología, pues actualmente el Gobierno cobra un impuesto directo que causa un rezago tecnológico que no estimula al desarrollo de la ciencia en las industrias venezolanas.
“No hay”
En Venezuela las líneas de producción están trabajando solo al 43% de su capacidad instalada, lo que en muchos casos ha generado la paralización indefinida de fabricación de productos y alimentos.
No hay producción de pasta de tomate (kétchup), colados, pastas, cereales, mostaza. Tampoco hay champú, acondicionador, cremas para el cabello, pinturas de uñas, lacas, tintes ni pasta de dientes.
No hay tapas metálicas para envases, ni envases plásticos para la industria de aseo personal y doméstico.
No hay producción de bandejas desechables de anime y aluminio para alimentos.
No hay cauchos de algunas medidas, filtros para motores, ni colorantes para la industria del vidrio.
PanAm Post logró acceder a algunos niveles de inventario de materia prima e insumos, y pudo conocer los productos en estado crítico y las consecuencias de no disponerlos.
Al aceite de soya le quedan tres semanas de inventario y a la yema de huevo ocho semanas, de no disponer de algunos de estos productos, se volverá a paralizar la producción de mayonesa y sus derivados.
Al betacaroteno le quedan tres semanas de inventario, sin él, las empresas no podrán fabricar margarina untable ni industrial.
Al cartón para embalaje (cajas) le quedan cuatro semanas y a las paletas de madera también.
Al acero laminado en caliente le quedan tres semanas de inventario, causando así la no fabricación de tapas para filtros de aceite destinados al sector transporte.
Al plástico le queda una sola semana de inventario, afectando así el empaque de los productos para la cesta básica; a los portaenvases plásticos para bebidas y alimentos solo le quedan 8 semanas.