Portugués.— En los últimos días el presidente Luiz Inácio Lula da Silva ha estado grave de salud, lo que ha generado incertidumbre en Brasil de la misma forma en que los venezolanos vivimos la enfermedad del tirano Hugo Chávez.
El 8 de diciembre de 2012, el entonces presidente Hugo Chávez se dirigió por última vez a los venezolanos a través de una cadena nacional de radio y televisión. En su mensaje, pidió que, en caso de que algo le sucediera, apoyaran a Nicolás Maduro como su sucesor. Desde ese día, Chávez nunca más fue visto con vida.
A pesar de esto, el régimen venezolano insistió en que Chávez se encontraba bien y seguía cumpliendo con sus funciones presidenciales. Se emitieron documentos oficiales firmados por él, pero nunca se presentó una prueba de vida clara, como un video, durante su supuesto proceso de “recuperación”.
- Lea también: Lula, operado de una hemorragia intracraneal y se recupera en la UCI de un hospital
- Lea también: Lula y su vergonzosa defensa de las tiranías de Venezuela, Irán y Rusia
En febrero de 2013, fui invitado a una reunión en Caracas con varios dirigentes juveniles de influencia nacional. En un ambiente privado, nos informaron que Chávez había fallecido en Cuba a finales de diciembre de 2012. Decidimos verificar esta información en las calles.
Organizamos una protesta frente a la Embajada de Cuba en Caracas, exigiendo una prueba de vida del tirano. En respuesta, el chavismo divulgó una foto de Chávez con sus hijas en La Habana, alegando que estaba bien, pero nosotros insistimos en la necesidad de un video. Esta demanda generó una crisis política en Venezuela.
El 18 de febrero en la madrugada, tras 72 días fuera del país, se anunció en la televisión estatal que Chávez regresaba a Caracas. Sin embargo, el régimen afirmó que Chávez se recuperaría en el Hospital Militar, restringiendo el acceso a los pisos adyacentes para evitar cualquier visita.
Las exigencias por un video de Chávez vivo continuaron, y trasladamos nuestra protesta a un edificio del poder judicial, donde fuimos reprimidos por la policía. Resistimos, permaneciendo en una calle cercana con una nueva vigilia y demandando una prueba de vida valida.
Incómodo ante la creciente presión pública, el chavismo no pudo demostrar que Chávez estaba vivo y, finalmente, el 5 de marzo anunció su muerte. Si Hugo Chávez realmente estaba vivo, ¿por qué no se presentó un video como prueba de ello? ¿Por qué se mantuvo tanto misterio alrededor de su proceso de recuperación? ¿Acaso mintieron al país? De ser así, habrían incurrido en una serie de actos ilegales que deberán ser investigados en el futuro, cuando Venezuela recupere su libertad.
Volviendo al contexto brasileño, los ciudadanos tienen derecho a conocer la verdad sobre la salud de su presidente de manera transparente y sincera. Si esta información no se maneja con responsabilidad e institucionalidad, puede dar lugar a acciones inconstitucionales, dejando en duda quién realmente gobierna el país.
Ante el anuncio de una nueva intervención quirúrgica hubo un impacto en la economía con la caída del dólar y el crecimiento de la bolsa brasileña. Ante la fuerte inseguridad y las especulaciones que todo esto generó, el presidente Lula, a diferencia del chavismo, colocó un video en redes sociales como prueba de vida. Los brasileños aún tienen la posibilidad de no dejarse engañar, como el chavismo hizo con los venezolanos en el año 2013: vean las consecuencias que todo eso trajo al país 11 años después.