Se repite la tendencia de 2020 de que en las capitales de Brasil el Partido de los Trabajadores (PT) no elige alcalde desde la redemocratización. Para la segunda vuelta, parece que esto se reafirmará, lo que deja en evidencia un amplio rechazo al partido del presidente Luiz Inácio Lula da Silva.
En 2020 el PT consiguió 183 alcaldías, el menor número que hasta entonces había tenido desde 2004. En ese año, el PT quedó en 11vo lugar en cuanto al número de alcaldías ganadas frente a los otros partidos. A pesar de todo, en esta primera vuelta incrementó la cantidad de alcaldías ganadas, consiguiendo 265 y con la posibilidad de disputar en la segunda vuelta cuatro alcaldías de las 13 que había disputado en las capitales del país. Esta vez quedó de 9no lugar. Este resultado no cumple las expectativas de un liderazgo que había dicho que ganaría más de 400 gobiernos locales.
El gran vencedor fue el Partido Liberal (PL), donde milita el expresidente Jair Bolsonaro desde 2021. Pasó de tener 4,7 millones de votos en las elecciones de 2020 a 15,7 millones, lo que lo coloca como la organización política más votada en esta elección. El PT quedó en sexto lugar, aumentando de 6,9 millones a 8,9 millones de votos totales.
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Pero a pesar de esa votación, en segundo lugar quedó el Partido Social Democrático (PSD), un partido de centro que pasó de tener 10,6 millones de votos en 2020 a 14,5 millones. Es el partido con más alcaldías electas en todo Brasil, con 886; mientras que el PL quedó en quinto lugar con 531.
Los partidos de centro, siendo el más fuerte el PSD, obtuvieron el mayor número de gobiernos locales y les quitaron votos a los partidos de izquierda. Siguen en esa relación los partidos de derecha, siendo el PL el que tiene la mayor votación nacional. Los partidos de izquierda perdieron apoyo y el PT, en particular, paró su tendencia a la caída. La impopularidad de Lula es un hecho, y las dificultades que tienen en el proceso de renovación del liderazgo partidista también.
El bolsonarismo ha consolidado un aparato partidista en el PL, a diferencia de las elecciones de 2020, lo que lo incentiva a incrementar sus esfuerzos para aumentar el número de diputados federales y estadales, así como gobernadores para 2026. La tendencia al crecimiento continúa. En ese camino, han conseguido derrotar la identidad izquierdista del PT en la población, y esto se ve reflejado en el resultado de las elecciones.
Llama la atención que, en esta campaña, algunos líderes del Partido Liberal llamaron a boicotear al PSD ante la negativa de los senadores de ese partido a apoyar el impeachment contra Alexandre de Moraes. Sin embargo, esto ocurrió en medio de más de 800 coaliciones de esta organización política con el PL, donde en al menos 240 iban encabezando juntos candidato a alcalde y vicealcalde.
Si el PL se propone hacerle al PSD lo mismo que le hizo al PT, esto pudiera crear tensiones en el estado de São Paulo con el actual gobernador Tarcísio de Freitas, quien gobierna en coalición con el presidente de ese partido, y en los gobiernos locales, donde el PL y el PSD han ganado juntos ¿No sería mejor generar más incentivos al liderazgo de base del PSD para que migre al PL y existan más certezas en la construcción de la fuerza partidista que le interesa al PL para ganar la Presidencia en 2026?
El Partido Liberal tiene más a su favor para plantearse una estrategia que efectivamente atraiga al electorado que vota por los partidos de centro, pues la estrategia de la izquierda está más enfocada en la creación de incentivos a las élites de estos partidos que, para mantener a Lula en el gobierno, obtienen cada vez más espacios de poder en Brasilia.