Ante la caída estrepitosa de su popularidad, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), intenta posicionarse de nuevo, ante la indiferencia de la población y del régimen, mediante el discurso de retornar al proceso de diálogo que quedó congelado en México. Pero la visita de reconocimiento que hicieran oficiales del gobierno de los EEUU a Nicolás Maduro ya marca un momento diferente para el chavismo: le permite dar legitimidad a otros actores políticos que le puedan generar una situación de control con menos conflicto, y que le permita recuperar su estatus político y económico ante la comunidad internacional.
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En este sentido, la iniciativa de la carta firmada por 25 venezolanos viene acompañada del proceso de diálogo en el que participó el Foro Cívico, organización que postuló rectores al Consejo Nacional Electoral y que también presenta postulaciones, desde la sociedad civil, para el Tribunal Supremo de Justicia. Sus voceros, básicamente plantean establecer un proceso de negociación con Nicolás Maduro para obtener de este algunas concesiones en el ámbito humanitario y económico nacional.
Sobre esto, abordemos algunos aspectos que han generado preocupación en la opinión pública, porque ya uno de sus más destacados firmantes ha reconocido en una entrevista que esta iniciativa podría dar más poder a Maduro.
Principalmente, el argumento de estos actores se basa en que “las sanciones económicas y la política de máxima presión no lograron sus objetivos”. En las entrevistas que han ofrecido, han aclarado que se refieren a las sanciones económicas, en especial al sector petrolero, y reconocen que las sanciones no son las causantes de la crisis humanitaria pero, la han empeorado. Afirmando que la reconstrucción del país debe sostenerse en la renta petrolera, solicitan al gobierno norteamericano y al régimen de Maduro que se pongan de acuerdo para traer de vuelta a las empresas petroleras occidentales para que puedan generar empleo y dinamicen la economía.
Si profundizamos en qué es lo que tienen los EEUU que el régimen necesita para ceder ante su posición y dar concesiones, según la lógica de esta carta, podemos pensar que el esfuerzo busca eliminar las sanciones financieras y sectoriales ampliadas, unas relacionadas a la violación de derechos humanos y las otras al marco regulatorio que bloquea activos y transacciones de alguna manera conectadas con operaciones fraudulentas por el régimen, esto significa, por ejemplo:
- Que el régimen de Maduro tenga acceso al mercado financiero de los EEUU, incluida PDVSA. Recordemos que esta medida tiene excepciones para mitigar el impacto a la población en Venezuela.
- Que el régimen de Maduro vuelva a realizar transacciones internacionales con criptoactivos emitidas por ellos, como por ejemplo, el Petro.
- Que se puedan realizar transacciones relativas a la compraventa de bonos de la deuda Venezolana, incluyendo cuentas por cobrar.
- Que 26 entidades y personas involucradas en esquemas de manipulación de transferencia de efectivo para enmascarar operaciones financieras, “como emergencia de compras de alimentos”, puedan volver a hacerlo.
- Que los activos de PDVSA en los EEUU vuelvan a ser controlados por Maduro y que las empresas norteamericanas vuelvan a hacer transacciones con la empresa.
- Que MINERVEN pueda hacer nuevamente operaciones ilegales con oro venezolano.
Otro aspecto que se concatena a este planteamiento, es el refuerzo del rentismo petrolero. Este modelo hizo de Venezuela un país débil por la dependencia que genera de este único mercado, y por la dependencia que genera del grupo político de turno. Proponer este modelo va en contracorriente con el impresionante esfuerzo de los venezolanos en superar, precisamente, este rentismo. Veamos:
- La dolarización de la economía es un fenómeno impulsado desde la misma ciudadanía a la que el régimen ha tenido que adaptarse, no al revés. Ante esto ha tenido que crear controles y cambios que les permita sacar provecho de la situación.
- Hay una fuerte motivación para el emprendimiento entre los venezolanos, intentando generar nuevos negocios y actividades económicas que les permitan crear riqueza para sobrevivir.
- La diáspora envía remesas a los familiares en Venezuela dinamizando la economía. Es decir, tenemos una diáspora activa, consciente de la situación y comprometida con sus seres queridos.
- Los productores de alimentos hacen un esfuerzo inmenso para producir y transportar sus alimentos. Es necesario destacar que se enfrentan a privilegios que el régimen ha otorgado al Partido Comunista de China importando productos que son producidos en el país.
- El uso de la tecnología ha ayudado a muchos emprendimientos a estructurarse para la actividad productiva, a pesar de los altos impuestos, controles y trabas para crear nuevas empresas.
En este sentido, una nueva promesa de una mejor “redistribución de la riqueza” no parece tangible, de la misma manera que no parece tangible la confianza que tienen estos actores sobre las intenciones de Maduro de cooperar con ellos.
Aunado a esto, los abajo firmantes proponen que los ingresos petroleros sean manejados por mecanismos internacionales que brinden confianza y transparencia en esta nueva etapa. ¿Contamos con la misma disposición que el chavismo demuestra al momento de permitir la entrada de observadores internacionales a las “elecciones” que ocurren en Venezuela? Seguramente aceptarán que estos mecanismos internacionales sean agentes parcializados con Maduro, lo cual estos actores también han aceptado para procesos electorales. Entonces, bajo este punto de vista, esa confianza y esa transparencia no sería tan confiable ni transparente.
Otro aspecto de la carta, es que dice que si Biden y Maduro aceptan estas peticiones, habría una mejora económica que ayudaría en avanzar a un proceso de democratización. Este proceso lo podemos reconocer como un significante vació por las siguientes características:
- Ellos no son líderes políticos.
- No hay una estrategia planteada y por lo tanto no hay una agenda política que sea liderada por ellos ni por la MUD.
- No se plantean victorias conquistables, viables, con plazos que demuestren una ruta clara que transitar.
- No existe el planteamiento de un programa para gobernar a partir de la conquista del objetivo.
Los más interesados en contrarrestar este punto de vista me dirán “pero es que ellos no son políticos”, lo cual sería una disculpa perfecta, porque tienen razón, no lo son. Y es por eso, que a partir de aquí podemos encontrar una de las razones que tuvieron la mayoría de los actores detrás de esta carta: la defensa de sus propios intereses.
Que hagan esto es algo total y absolutamente válido, al punto que lo refuerzan cuando en las entrevistas dicen “nosotros no representamos a nadie, solo a nosotros mismos, como venezolanos que somos y tenemos derecho a opinar y decir lo que pensamos”. Sin embargo, lo que preocupa es que por defender sus intereses particulares, el país tenga que sufrir las consecuencias.
Si Maduro coopera en los términos que proponen estos actores, el futuro de Venezuela en los próximos 30 años puede comenzarse a percibir como la cohabitación formal con el chavismo y la condena de nuestro país a una dictadura moderna más cínica que la dictadura castrista de Cuba.
Vamos a profundizar un poco en esto.
Algunos firmantes, ya en algunas entrevistas luego de publicada la carta, afirman aspirar a que podamos cohabitar “democráticamente” con el chavismo. El problema es que el chavismo no quiere cohabitación democrática: el chavismo quiere totalitarismo. El exilio de cientos de políticos, el asesinato selectivo de disidentes, los centenares de presos políticos y la judicialización de los partidos son apenas algunos mínimos aspectos que demuestran que el chavismo no quiere democracia sino sumisión y control.
¿Esto es lo que proponen? Es muy obvio tener que decir que si el chavismo fuera una fuerza política y no un ente criminal, desde hace ya muchos años que no estuvieran en el poder. No es difícil debatir con un chavista y desmontar sus argumentos, como tampoco lo es ganarle limpiamente en el terreno electoral: tanto en el plano del pensamiento como en la acción política, el chavismo es vencible. Pero el chavismo no quiere debatir ni quiere demostrar su viabilidad: su propósito es mantenerse en el poder por la fuerza y a la red de privilegiados que los hace parte de su sistema mafioso. Siendo esto así, no es posible la cohabitación “democrática” que propone este grupo. Solo es posible siempre que ellos sean los que mantengan sus intereses intactos y ahí sí, sería una cohabitación perfecta ¿No es así?
La única forma en la que estos actores pudieran cambiar esta percepción sobre ellos, es si mostraran, al menos, la voluntad de sumarse a una alternativa que no gire en torno a la MUD-PSUV donde puedan impulsar iniciativas privadas con fines públicos que impacten realmente el día a día nacional. Tienen el capital humano con el talento y los medios para que puedan hacerlo y, estoy seguro, de que muchos se sumarían a una iniciativa de esta naturaleza.
¿Estarían dispuestos a debatir sobre esta alternativa a su carta? Si aceptamos que sus intenciones son verdaderas, entonces ellos podrían aceptar que no estamos intentando que cambien el motivo de ellas, sino el enfoque de sus esfuerzos para lograr cosas realmente tangibles y alcanzables.
Si realmente quieren proteger a la población del conflicto político, entonces la orientación de esfuerzos debe estar dirigida a los focos de crecimiento impulsados por la ciudadanía. Tienen medios a disposición para hacerlo, y el resultado obligaría a la clase política, de facto, a seguir adaptándose al impulso de cambio de la población. ¿No creen que la diáspora jugaría un rol humanitario de la mayor importancia en este sentido?
Solo el tiempo nos dirá si estamos o no equivocados en nuestra percepción.