En Venezuela el régimen ha judicializado a varios partidos políticos. Le quitó Voluntad Popular (VP) a Leopoldo López y se lo dio a José Gregorio Noriega; le quitó Acción Democrática (AD) a Henry Ramos y se lo dio a Bernabé Gutiérrez, le quitó Primero Justicia (PJ) a Julio Borges y se lo dio a José Brito. Así también lo ha hecho con partidos de izquierda más radical como Bandera Roja (BR) colocando a dedo a Pedro Veliz, con Tupamaro colocando a Williams Benavides y con Patria Para Todos (PPT) colocando a Ilenia Medina. A este contexto, sumemos la realidad interna que vive cada partido político y que describimos hace un par de semanas en esta tribuna.
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En este sentido, vamos a analizar los recientes acontecimientos ocurridos en VP con la postura de sus líderes y su agenda. ¿Por qué VP? Porque es el que está más expuesto en su proceso interno de reordenamiento y puede marcar un precedente que puede ser un ejemplo —o no— para los demás partidos en la misma condición de judicializados.
El pasado 30 de marzo en Nueva Esparta, el dirigente Daniel Ceballos se suma a la agenda de Noriega dentro de VP. Junto con la entrevista que dio al periodista Seir Contreras en Globovisión días después, el discurso de Ceballos responde a la existencia de una tendencia dentro del partido que propone la renovación de sus liderazgos mediante un proceso electoral interno con mecanismos de resolución de conflictos. Todo con miras a prepararse a las elecciones del 2024.
Ante esto, la respuesta de quienes tienen el control de las redes sociales de la organización fue una campaña en la que se cataloga de alacrán al exalcalde de San Cristóbal. Analicemos algunas reacciones.
Leopoldo López indicó en un video que el que quiera convivir con Maduro puede irse a otros partidos, en respuesta a lo que dijo Ceballos de que la tesis de que con Maduro no se puede hacer nada, está equivocada. Superlano, en una rueda de prensa oficial del partido, indicó que hay dos tesis: la de aquellos que quieren normalizar la situación con las instituciones, discutiendo rectores del CNE y magistrados del TSJ; y otra que se resiste a caer en la tentación, que a pesar de la persecución dice “presente”, que no le va a lavar la cara al régimen. El excandidato a la gobernación de Barinas, también indicó que hay un proceso interno en el que se propone una discusión profunda de lo que son como partido.
Una vez más la dictadura de Maduro arremete contra @VoluntadPopular, intentado robarse nuestro partido, nuestra imagen, nuestro colores; y esta vez lo hace de la mano de Daniel Ceballos, entregándoselo a los alacranes.
Seguimos unidos luchando por #LaMejorVenezuela! Fuerza y Fe! pic.twitter.com/wWdVHao8kA— Leopoldo López (@leopoldolopez) April 3, 2022
Por su parte, Freddy Guevara en una entrevista que le hizo el periodista Vladimir Villegas, dice que le dolió mucho la postura de Ceballos y resalta que el quiebre ocurre con el apoyo que éste diera a Claudio Fermín en las pasadas elecciones en Barinas. Además de reconocer que es confusa la definición de “alacranes” que han llevado adelante como campaña, dice que es necesario revisar el funcionamiento de la unidad y las alianzas con los factores fuera de la MUD apuntando al 2024. Revela la existencia de mecanismos de vetos y chantajes a lo interno de la alianza entre los partidos que denominan G4.
De estas declaraciones de los líderes importantes en VP podemos percibir lo siguiente:
- Hay dos facciones evidentemente marcadas: una que tiene bajo su poder las redes sociales que les permite conservar una legitimidad oficial ante la opinión pública junto a la figura de López y Guaidó como líderes naturales nacionales e internacionales, y la otra que tiene una legitimidad “legal” por el hecho de la judicialización y su “liderazgo” regional.
- Ambas facciones dentro del partido reconocen que hay en marcha un proceso de recomposición. Lo que no se sabe aún es si una facción reconocerá el proceso convocado por la otra, o si participarán de uno solo acordando términos y condiciones en conjunto, pues por la vía de los hechos, una facción desconoce a la otra.
- La facción que tiene las redes sociales, indica que no se prestará para lavar la cara a la dictadura y se presenta como una opción que propone el enfrentamiento frontal contra Maduro. Sin embargo, es la misma facción que ha propuesto lo siguiente:
- La existencia del “chavismo democrático”, lo que banaliza radicalmente la naturaleza criminal del chavismo. Esto tiene el mismo efecto, en el discurso político, que el reconocimiento a las FARC como fuerza política que hizo Chávez en el Parlamento venezolano.
- La justicia transicional como método de resolución del conflicto, en el que básicamente la justicia se flexibiliza mediante la practica de la impunidad selectiva con miras a una transición MUD-PSUV.
- Hacer un gobierno de transición con Maikel Moreno y Vladimir Padrino. Uno, criminal condenado por la justicia venezolana, el otro acusado ante la CPI por responsabilidades ante graves violaciones de Derechos Humanos. Ambos responsables de persecución y violación sistemática de derechos civiles y políticos durante el régimen de Maduro.
- Participar de procesos electorales y de diálogo convocados por el chavismo aceptando sus condiciones.
- La facción de las redes sociales, indica que el proceso de recomposición se propone una discusión profunda de lo que son como partido. Sin embargo, al mismo tiempo indican que no tienen cabida los que tienen una visión diferente. Si el proceso es democrático ¿no es precisamente del debate de dos posturas diferentes el surgimiento de un consenso?
- La facción judicializada indica que la gente es que ahora está pendiente de sus problemas y no de los políticos ¿Es que acaso antes la gente no estaba “pendiente de sus problemas”, de trabajar y sobrevivir? ¿Acaso podemos considerar esto como un reclamo a los ciudadanos que busca justificar el fracaso de sus campañas en las pasadas “elecciones regionales”?
- La facción judicializada no reconoce a Guaidó y su interinato, pero participaron y defendieron La Salida y la creación del gobierno interino, así como apoyaron las propuestas políticas que encabezara la otra facción públicamente en su momento -las que mencionamos en el punto 3.
Evaluemos estos otros aspectos:
Ni los discursos de Superlano y López, como tampoco el reconocimiento que hace Ceballos y Noriega a Maduro como el legítimo presidente, pueden bajarle el volumen a la renuncia a VP de centenares de líderes locales, regionales y juveniles en los últimos meses, así como la renuncia de diputados y líderes nacionales en años recientes. Estos episodios traen consigo el mismo mensaje expuesto ante la opinión pública: malas prácticas, falta de democracia interna y la pérdida del rumbo de la organización.
Por otra parte, hay una fuerte presencia de clientelismo político practicado por ambas facciones, en la que bajo el “retraso”, la reducción o la ausencia de los pagos bajo el uso de plataformas digitales o dinero en efectivo a los activistas, se oculta un descontento cultivado que cada facción sabrá usar a su favor.
Es bueno que encajemos en este momento del análisis, algunos aspectos de la figura de José Noriega. Esta persona sufre de Parkinson y su estado de salud, junto a su situación económica, fue bastante precario para 2017, algo que es bien sabido en la política venezolana en Caracas y el estado Sucre. Según testimonios de habitantes en ese estado, Noriega dio un cambio muy radical en su estilo de vida desde 2019, en el que pasa de vivir en la Urbanización Bermúdez, en un modesto apartamento, a vivir en Lechería en uno de los condominios más lujosos. Esto refuerza la idea de que, en el caso del clientelismo político que él también promueve, su estado de salud jugó un papel importante. Es común entre este tipo de casos, políticos con necesidades de salud o económicas, caer en el clientelismo político y, si tiene una fuente de recursos a disposición para cumplir tareas, es muy probable que también exploten las necesidades/problemas de otras personas con fines políticos.
Por lo tanto, ya podemos abordar algunas conclusiones:
- Ambas facciones reconocen que el 2024 es importante para lo que ellos denominan “ganarle a Maduro”, por lo que cada una ha emprendido una disputa por el partido para que sea legítimo el candidato que presente VP. Es decir, a pesar de que lo nieguen, estamos ante la presencia del cálculo político más grande de la historia de este partido y que por primera vez se expone ante la opinión pública: la candidatura presidencial de López vs. la candidatura presidencial de Ceballos.
- El que resulte derrotado de este proceso seguramente cumplirá el rito político venezolano de salirse del partido y fundar uno nuevo. Esto sería una nueva demostración de que, en el fondo, la necesidad de la existencia de los partidos políticos no es la implementación de un programa de gobierno sino cumplir las ambiciones personales de poder de individuos con intereses de naturaleza distinta a la política.
- El desenvolvimiento del proceso va a ofrecer una dimensión actualizada de lo que ellos denominan como un “proceso democrático”: debates públicos, encuentros y movilización, uso de redes sociales oficiales, financiamiento y transparencia, programa, agenda, metodología del voto y número de votos. En calidad y cantidad, estos elementos marcarán un marco comparativo al proceso fundacional de VP para elaborar un discurso político que selle la legitimidad que puedan o no conseguir.
- Se va a poner a prueba qué tanto los militantes van a condenar la incoherencia de sus dirigentes, incluso, al tener la oportunidad de proponer una tercera tendencia que cambie el juego por completo para VP.
- La dupla Guaidó-López se cohesiona aún más ante esta situación de crisis interna, y por elementos simbólicos e históricos del partido, en teoría es posible que reúna el grueso de la militancia bajo su tendencia. Pero ¿Qué tanto puede durar la dupla Ceballos-Noriega? Es evidente que Noriega, sin la experiencia de un liderazgo consolidado, sin carisma ni proyección nacional, necesita de la figura de Ceballos para conquistar una legitimidad que no se la da el TSJ de Maikel Moreno. Quizás el desafío más grande que tienen en este momento y que pudiera hacer sostenible a esta facción, es intentar emular lo que hizo la dupla Parra-Brito con Primero Justicia: demostrar que tienen poder de movilización de las bases del partido y, con ello, consolidar como verdadero y legítimo su discurso.
En todo caso, la conclusión que más puede llamar la atención, es en el plano internacional. La situación actual de guerra en Europa también impacta la realidad política venezolana: el reconocimiento de Maduro por parte de la administración Biden y todo lo que esto implica, debilita la ya maltrecha e irreconocible figura del interinato en Venezuela. Si la facción de las redes sociales resulta derrotada, ante el mundo quedarán como inefectivos, derrotados internamente en su partido matriz y sin alianzas que le reconozcan. ¿Qué pasará con los representantes ante organismos internacionales, embajadores, Monómeros, Citgo y el Fondo Especial para la Liberación de Venezuela y Atención de Casos de Riesgo Vital?
No olvide, estimado lector, que la conclusión final, es la suya.