EnglishAsí como lo leen. Alianza PAIS, movimiento político encabezado por el presidente Rafael Correa, y cuyos legisladores promueven un paquete de “enmiendas” —entre comillas, al ser muy debatible el término que están utilizando—, entre las que se encuentra la eliminación del límite del número de períodos para los que las autoridades de elección popular (incluyendo al Presidente) pueden ser reelectos, no está buscando la reelección presidencial indefinida.
Al menos así lo aseguró la asambleísta del oficialismo Soledad Buendía, miembro de la Comisión Ocasional para el Tratamiento de la Enmienda Constitucional, en una entrevista, el pasado martes 25 de agosto.
“Es importante puntualizar que no estamos proponiendo ni debatiendo la reelección indefinida […] Lo que permite esta enmienda constitucional es ampliar las libertades de los ciudadanos […] eliminar una restricción a elegir y ser elegidos. Para nada estamos buscando una reelección indefinida […] esa es una tergiversación que tiene un ámbito político detrás”, señaló Buendía al inicio de su intervención.
No contenta con eso, dijo además que la restricción existente en la actual constitución de Ecuador es una medida discriminatoria “hacia un ciudadano, porque se llama Rafael Correa”, y hacia todos aquellos que quieren votar nuevamente por el mandatario en las próximas elecciones.
Hasta hace pocos días, el discurso del oficialismo parecía estar agotado. No salía de la idea del “golpe blando” impulsado por la “derecha recalcitrante”, la supuesta nueva “Guerra Fría” que enfrentan los Gobiernos latinoamericanos de izquierda, la “insultante desigualdad” imperante en nuestra región, etc.
Sin embargo, Buendía llegó a aplicar un nuevo recurso: la negación de la realidad. En el campo de la Psicología, la negación es uno de los principales mecanismos de defensa que los individuos utilizan para responder en momentos de adversidad, o cuando una persona simplemente no quiere aceptar un hecho de la realidad externa que no va de acuerdo con lo esperado.
Y la realidad es que en Ecuador, las cosas para el Gobierno de Correa van de mal en peor. El petróleo sigue cayendo y los distintos sectores sociales que se han levantado en su contra desde hace ya dos meses no van a dejar de protestar. A eso hay que sumarle que la inmensa popularidad con la que gozó el mandatario durante la mayor parte de su administración ya se acabó. El 55% de los ecuatorianos desaprueba su actitud, y el 50% ya no cree en su palabra.
Asimismo, los ciudadanos no quieren la reelección indefinida. O al menos, no quieren que se apruebe sin que se les consulte, pues el 80% exige que se lleve el tema a consulta popular. Según encuestas recientes, 54% de los ecuatorianos desaprueban la gestión de la Asamblea Nacional, en donde el oficialismo ocupa 100 de 135 curules.
Por otro lado, Buendía le dio particular énfasis al tema de las libertades y la importancia que estas tienen en un sistema democrático. Y es aquí donde surgen varias preguntas: ¿Libertades de quiénes? ¿Libertades para quiénes? ¿Qué significan “Libertad” y “Democracia” para los miembros de PAIS?
Así cambien el significado de los términos a su conveniencia, y tengan unas reglas de juego completamente a su favor, los días de esta revolución están llegando a su fin
La confusión de conceptos que expone la legisladora es, por decir lo menos, sorprendente. La democracia tiene pilares fundamentales, tales como la división de poderes, el Estado de Derecho y la alternancia en el poder. Y eso no es cuestión de izquierdas o derechas, ni tampoco de “teorías de la burguesía” como dijo el presidente Correa hace poco, pese a que hasta el 2013 el mismo Correa calificaba a la reelección como “un absurdo”.
Ya la historia se ha encargado de demostrar que si no se limita el poder, no hay nada que pueda impedir que un gobernante se vuelva un tirano. Los ejemplos de eso sobran en Latinoamérica, así como sobran también las intenciones de los políticos de perpetuarse en el poder.
La libertad de la que habla Buendía, que sería “ampliada” con la reelección indefinida, es solo para los gobernantes de Alianza PAIS. En ese juego de palabras tan característico de los proponentes de la Revolución Ciudadana, la asambleísta, escudándose en un argumento inválido sobre una supuesta discriminación, justifica que se altere la Constitución —que claramente no es más que un papel que ellos mismos escribieron—, para favorecer exclusivamente al presidente de turno.
Esta “libertad” entonces sería permitir que Correa, quien ya lleva más de ocho años en el poder, durante los cuales ha acaparado todos los poderes del Estado, ha perseguido a los medios de comunicación y los periodistas de oposición, y ha metido la mano —por no decir las dos— en el sistema judicial, continúe reinando en el país.
Eso, asambleísta Buendía, no es libertad. Ni tampoco democracia. Permitir la reelección indefinida —porque así se llama y no hay otro nombre para lo que usted propone—, es terminar con la poca institucionalidad que tiene el Ecuador, y abrir paso a una dictadura.
Afortunadamente, así se sigan llenando de eufemismos, cambien el significado de los términos a su conveniencia, y tengan unas reglas de juego completamente arregladas a su favor, los días de esta revolución parecen estar llegando a su fin. Esperemos que para 2017, cuando Correa termine su mandato, los ecuatorianos escojamos un camino que nos permita salir adelante, con verdadera libertad, y que abandonemos ese modelo socialista que tanto daño le ha hecho al país.
“Cuando la gente le teme al gobierno, hay tiranía; cuando el gobierno le teme a la gente, hay libertad”. —Thomas Jefferson