Primero, y pese a las protestas, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), hizo que la Guardia Nacional pasara a ser parte del Ejército, con lo que convirtió a una fuerza de seguridad ciudadana en una dependiente de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA).
De facto, militarizó a esos cuerpos civiles de seguridad, anunciándolo el 8 de agosto de 2022, mediante un “acuerdo” de su propia presidencia de la República. Tal acuerdo no es sino un eufemismo para no decir con todas sus letras la palabra “decreto”, uno que dispone a los 110 mil miembros de la Guardia Nacional a las órdenes de la milicia.
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AMLO fue capaz de dar ese paso hace ya 5 meses, pese a que durante muchos años él y sus seguidores fueron los más férreos opositores a la militarización del país, de la que culparon en su momento al presidente Felipe Calderón, y luego a Enrique Peña Nieto.
Pero ahora, ya estando AMLO en el poder, y con gran semejanza de lo hecho por Hugo Chávez en su momento, siguiendo un libreto castro-chavista, decidió hacer todo lo contrario y dejar de lado los mandos civiles y el carácter ciudadano de la seguridad pública.
Además de ese mal precedente, al Ejército le ha estado asignando tareas, y grandes negocios también, que no son constitucionales, como el manejo de puertos marítimos, aeropuertos, participación como empresario en el Tren Maya, la construcción de al menos 2.700 sucursales del Banco del Bienestar, la remodelación de nosocomios, la distribución de medicinas, la vigilancia de la vacunación con miembros in situ, y hasta enviar un avión militar para ayudar a que Evo Morales saliera de una convulsa Bolivia en 2019 donde quería perpetuarse en el poder aún más años.
Pero el artículo 129 de la Constitución de México estipula con claridad que en épocas de paz, no hay autoridad militar que pueda ejercer funciones ajenas a la disciplina militar.
Tener al Ejército de su lado le conviene a AMLO porque de esta manera amedrenta a la oposición, al tiempo que inhibe insurrecciones, e incluso un posible golpe de estado a manos de militares inconformes con lo que sucede en México: el avance del socialismo.
La militarización en México continúa, y este jueves 12 de enero de 2023 realmente se ha agravado, cuando Claudia Sheinbaum -la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, y sobre todo siendo como es la “corcholata”, a ser “destapada”, la delfina, la elegida por el gran dedo elector de AMLO como su sucesora, la que desea que sea la próxima presidenta en 2024-, ha anunciado que el gobierno federal va a asignar 6.600 elementos de la Guardia Nacional, para que vigilen el metro.
¿Y eso por qué? Resulta que el 3 de mayo de 2021 ocurrió en muy aparatoso accidente en la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México, en el que la estructura de un puente elevado se derrumbó con todo y los vagones que sostenía, y la gente que iba en ellos, entre las estaciones al sur de la capital, conocidas como Tezonco y Olivos, por los rumbos de la alcaldía de Tláhuac. Estos hechos dejaron 27 muertos y más de 80 heridos.
¿Quién tuvo la culpa? ¿Quién fue responsable de esta tragedia? Como siempre, la izquierda en el gobierno de la ciudad y en el federal, no hizo gran cosa, y unos culpaban a otros. ¿Quién tenía la responsabilidad principal en la muerte de las 27 personas? ¿Los gobiernos anteriores de la ciudad, por no haber supervisado bien las estructuras? ¿La empresa constructora? ¿O bien, la actual Jefa de Gobierno, que finalmente es a quien le sucedió todo esto? Sea como sea, nadie fue presentado como responsable, sólo un puñado de servidores públicos de segundo nivel fueron sancionados con inhabilitaciones de máximo 10 años.
Luego de este antecedente, vino el choque de vagones del mismo metro, este sábado 7 de enero de 2023, pero ahora de la línea 3, entre las estaciones de Potrero y La Raza, donde falleció una chica de sólo 18 años de edad, de nombre Yaretzi Adriana Hernández Fragoso, que era estudiante de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM. Además, hubo cerca de 100 heridos.
Como si todo eso no fuera suficiente para que la jefa de Gobierno renunciara (como sucedería en una democracia liberal de primer mundo) en lugar de sólo despedir a algún subalterno -como lo hizo-, el miércoles 11 de enero de 2023 se registró ahora el incendio de un vagón en la estación Polítécnico, de la línea 5. El metro ahora luce como el lugar más inseguro de la ciudad para los capitalinos. Pero no por robos, no por asaltos. Sino por un servicio de cuarta.
Pese a que en todos los casos hubo sospechas de un “sabotaje”, la Fiscalía de la Ciudad no halló indicios de que eso fuera la causa de tantos percances, accidentes y muertes.
Y aún así, con esa falta de evidencia, la propia Sheinbaum, arropada siempre por su mentor López Obrador, dijo que todo lo que ha pasado con el metro en días recientes “no es normal”. Es decir, se presume que sí habría habido algún acto doloso.
Quizá la jefa de Gobierno se basa en que la Policía de Investigación encontró la caja negra de los vagones chocados del 7 de enero, en una camioneta. Y no donde debería estar y nunca haber sido movida, que es en los vagones. La caja negra sirve para registrar las acciones operadas en los instrumentos, tanto como las conversaciones de la tripulación.
“No quisiera ponerle nombre pero sí son acciones, momentos, hechos atípicos que están sucediendo en el Metro y a nosotros quien más nos importa es la ciudadanía”, dijo la señora.
Y en lugar de reconocer el gobierno de la Ciudad que hay una tremenda falta de mantenimiento, y que el presupuesto asignado al metro está por debajo del aplicado antes de su gobierno -en el sexenio pasado-, se dio a conocer que van a colocar a 6600 miembros de la Guardia Nacional, con todo y sus armas largas, en las estaciones del metro. Esa es la respuesta: ante la crisis por mantenimiento, militarizar.
Cabe traer al presente que el presupuesto de 2023 para el metro es más bajo por 922 millones de pesos, que el dispuesto para 2022. Y con respecto de 2018, cuando inicia la administración de Sheinbaum, en relación a 2023, hay una caída del 17.6 % en el monto aprobado, esto es, cerca de 3 mil millones de pesos menos de presupuesto que en 2018.
Ah, pero si se trata de presupuesto para publicidad y comunicación, Sheinbaum se concede un aumento del 39 % para este 2023. La señora “destinará 753 millones para publicidad y comunicación, 33 veces lo asignado para la búsqueda y localización de personas y el doble de los recursos para la mejora de escuelas públicas”, describe el medio “Expansión”.
¿Cómo pueden estar militarizando al metro, y con ello la cotidianidad, sin tener pruebas de que hubo sabotaje? La Guardia Nacional no va a resolver la necesidad de mantenimiento al metro, ni el olor a corrupción, ni la incapacidad.
Pero sí logra amedrentar una vez más a la ciudadanía, que para nada está acostumbrada a estar vigilada de esta manera, conviviendo con armas de fuego mientras lleva a sus hijos a la escuela.
Ya la vacunación contra el Covid-19 fue un proceso militarizado en México, también. Ahí había uniformados, atentos a las largas filas de personas que se fueron a poner la famosa inyección. Que, dicho sea de paso, nunca se liberalizó para que las empresas pudieran aplicarla, como en Estados Unidos. En México no, porque todo debe estatizarse, controlarse desde el gobierno. Eso es el socialismo.
Así, todo apunta a que hay un plan para que se vaya normalizando la presencia del Ejército en todos los ámbitos de la vida ciudadana, en las calles, en el transporte, en todos lados. Con ello se violan, por supuesto, los derechos humanos. Por una simple manifestación pacífica en estos días, hecha por unos estudiantes en una estación del metro, hubo detenidos. Pero a las supremacistas feministas que destrozan todo a su paso, a esas nadie las detiene, porque el gobierno “es feminista”.
Mientras tanto, los esfuerzos de la consentida de AMLO y de su equipo y aliados para posicionarse en todo México como presidenciable, no escatiman esfuerzos. Se ha dedicado a viajar todos los fines de semana a diversos estados, y se han podido ver varias campañas en bardas donde aparece #EsClaudia, y decenas de espectaculares de los que ha salido a deslindarse. O sea, ella no tiene nada que ver en eso, han de ser sus amigos que le ayudan sin coordinarse. Bienvenidos a la dictadura socialista, bienvenidos a la militarización.