Los resultados de Argentina en la evaluación educativa PISA correspondientes a 2015, los cuales serán presentados este martes 6 de diciembre, están envueltos en la polémica debido a serias dudas generadas sobre cuan representativos puede ser los datos que envió el anterior Gobierno.
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La prueba PISA, concebida y administrada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), evalúa el rendimiento escolar de chicos de 15 años en 75 países del mundo.
Es una prueba estandarizada que comenzó a tomarse en el año 2000 y se realiza cada tres años. Se divide en tres partes: matemática, ciencias y comprensión de textos. Con los resultados de las tres áreas se construyen tres ránkings mundiales.
El responsable de la Dirección de Educación y Habilidades de la OCDE, Andreas Schleicher, señaló al diario La Nación que la omisión de escuelas del marco muestral “tiene el potencial de afectar la representatividad de la muestra” de Argentina.
“La OCDE descubrió que, efectivamente, un número significativo de escuelas no fue incluido en el listado, y por esta razón no podemos descartar la posibilidad de que los resultados para la Argentina hayan sido afectados. Es imposible saber, sin embargo, en qué dirección son afectados”, indicó Schleicher.
El funcionario de OCDE dijo al diario argentino que se discutió la posibilidad de incluir los resultados de la Argentina con salvedades o asterisco para subrayar los problemas en la comparación de los resultados entre PISA 2015 y PISA 2012. Asimismo, reconoció que se llegó a tener en cuenta la posibilidad de eliminar a Argentina del reporte 2015.
Fuentes del Ministerio de Educación de la ciudad de Buenos Aires adelantaron a La Nación que los resultados en PISA 2015, que serán presentados este martes 6 de diciembre, mostrarán mejorías para el país. En el 2006 la tendencia indicaba un estancamiento desde la caída abrupta en los niveles de aprendizaje.
“No tenemos evidencia de que haya habido una adulteración intencional de las muestras”, contestó Schleicher al ser consultado por La Nación sobre la posibilidad de una alteración de la muestra para obtener mejores resultados.
El medio argentino destaca que desde hace más de 5 meses, cuando la OCDE comenzó con la revisión del muestreo, comenzaron las sospechas con relación a la confiabilidad de los resultados argentinos.
Un referente del mundo de la estadística educativa confirmó que se excluyeron estudiantes o escuelas que se debieron haber incluido en el estudio. “A lo mejor el Gobierno anterior le dio a la OCDE una población escolar adulterada. La OCDE no está en condiciones de saber si la base de datos que la Argentina le da está mal”, señaló.
Otra fuente del ministerio de Educación, que exigió off the record, señaló lo siguiente: “La Argentina terminó haciendo una muestra con otras escuelas a las que les va mejor para que les diera mejor”.
Schleicher precisó que si el listado de escuelas tuvo omisiones significativas, el muestreo al azar basado en ese listado arrastrará esos errores.
“La información que sirvió de base para seleccionar la muestra implicó un declive significativo en la proporción de alumnos de 15 años elegibles para participar en PISA, matriculados en séptimo grado hacia delante, con respecto a otras rondas de PISA”, explicó el experto de la OCDE.
La responsabilidad de proveer el listado completo de escuelas recae en las autoridades educativas argentinas que deben contactar a las escuelas seleccionadas para elaborar una lista completa de estudiantes y coordinar la implementación de la prueba.
Fuente: La Nación.