Los docentes argentinos están dispuestos a paralizar las clases en todo el país si el gobierno de Mauricio Macri no cede en retomar la discusión del tema salarial.
Este lunes los gremios comenzaron a evaluar la medida de fuerza mayor tras el paro de la semana pasada en la provincia de Buenos Aires, que dejó a millones de jóvenes sin clase.
La Unión de Docentes Argentinos (UDA) y la Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (Ctera) señalaron este lunes que evalúan nuevas “medidas de acción directa”.
“Pedimos reabrir las paritarias (negociaciones para definir mejoras salariales y condiciones de trabajo) porque el acuerdo que nosotros hicimos en etapas en febrero no da respuesta a la situación de ahora con la inflación”, advirtió Sergio Romero, secretario general de UDA.
Romero indicó que “hay una preocupación generalizada” porque en estos ocho meses se han perdido puestos de trabajo y poder adquisitivo. Además de mejoras salariales, reclaman un aumento del presupuesto educativo y un convenio colectivo para los docentes.
El secretario de prensa de Ctera, Alejandro Demichelis, dijo que el miércoles el gremio definirá medidas a raíz del fracaso de la reciente reunión con los ministros de Educación Esteban Bullrich, y del Trabajo, Jorge Triaca.
Los docentes vienen ejerciendo presión desde hace varias semanas para que el gobierno central y los provinciales mejoren los salarios que consideran insuficientes para enfrentar la subida de las tarifas en los servicios públicos y la inflación.
El paro más contundente ocurrió la semana pasada en la provincia de Buenos Aires, la más poblada del país. El paro, que alcanzó los niveles inicial, primario y secundario tuvo un acatamiento del 90%, según sus organizadores.
En febrero los docentes de la provincia de Buenos Aires recibieron un aumento del 34,6 %. El incremento se completó en julio y llevó el sueldo mínimo inicial a AR$ 9.801 (US$ 668,33), pero los sindicalistas quieren llevar el salario a AR$ 12.000 (US$ 817,20).
El gobierno bonaerense sostuvo la semana pasada que no había “condiciones objetivas” para ir al paro, porque la inflación que elabora el Congreso de la Nación, que es la que vienen utilizado como referencia, está calculada entre 28 y 28,5 %, y que ninguna consultora está dando cifras por encima del 34,6 %, como sostienen los gremios.
Hace dos semanas cuatro provincias pararon en simultáneo sus actividades por 48 horas en reclamo de aumento salarial. Los sindicatos de las provincias de Neuquén, Tierra del Fuego, Chaco y Jujuy también están pidiendo que el salario de sus docentes llegue a AR$ 12.000 (US$ 817,20).
En la provincia de Santa Cruz, gobernada por Alicia Kirchner, los docentes se encuentra en estado de alerta y movilización por el proyecto de ley de Emergencia Educativa que impulsa la mandataria regional.
En Entre Ríos, la Asociación Gremial del Magisterio (Agmer) convocó a un paro de dos días para esta semana.
La presión de los gremios sobre el gobierno continuará y la amenaza de una paralización general está cada vez más cerca.
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, señaló a comienzos de mes que los acuerdos que se realizaron con los diferentes gremios “reflejan lo que será la inflación que viene” y se mostró optimista al asegurar que el salario y el poder adquisitivo “se van a ir recomponiendo mes a mes”.
“Hay indicios claros de que en julio (la inflación) fue significativamente más baja que en junio (…) hay un consenso bastante generalizado de que (la medición) ha estado en torno a 2%”.
Peña aseguró que 2017 será “un año de crecimiento” para la economía y sostuvo que el actual semestre mostrará “un camino un poco mejor para cada variable económica”.