En 2015 el gobierno de la exmandataria Cristina Kirchner destinó AR$4,4 millones (US$299.200) por día para el Programa Enamorar, que se creó para fomentar “los valores centrados en el amor”.
El programa era manejado por el ministerio de Planificación, a cargo de Julio de Vido, actualmente procesado en una causa por enriquecimiento ilícito, y en otra por malversación de fondos público.
Para este proyecto el gobierno kirchnerista otorgó AR$1.618,8 millones (US$110.024.000) en 2015 con el objetivo de fomentar el amor. El programa consistía en financiar actividades culturales, en general mediante dinero destinado a instituciones universitarias u otras actividades educativas.
“El programa Enamorar acerca a las asociaciones recursos tecnológicos, audiovisuales y digitales, y herramientas de gestión que faciliten su labor diaria en la difusión y práctica de valores positivos centrados en el amor”, dice la descripción oficial del proyecto.
El diario argentino La Nación señala que Enamorar, “fue uno de los sistemas de financiación que utilizó el kirchnerismo, que estableció las universidades como ducto para sacar el dinero del Tesoro y que llegara a beneficiarios e intermediarios”.
Cuatro universidades fueron beneficiarias de este programa. La Universidad de San Martín fue una de las que más recibió. El ministerio dio a esta casa de estudios el año pasado AR$671,76 millones (US$45.628.000) de un total devengado de AR$ 824 millones (US$ 56.032.000).
La Universidad Tres de Febrero recibió AR$336 millones de pesos (US$22.848.000), la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) se quedó con AR$276,9 millones (US$18.768.000) y la Universidad de La Matanza con AR$213 millones (US$14.484.000).
Al Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa) le ingresaron por el programa Enamorar AR$120 millones(US$ 8.160.000)
La información divulgada por La Nación también asegura que el dinero fue utilizado para subsidios, espectáculos, actividades culturales y religiosas. Además también financió viajes a Roma para ver al papa Francisco. Entre los que viajaron estuvieron dos bandas de música religiosa.
Fuente: La Nación