Tras una serie de episodios que han sido interpretados por diversos sectores como “impases” entre el Vaticano y el Gobierno argentino, el presidente Mauricio Macri dio este fin de semana señales de querer apurar el acercamiento definitivo con la Iglesia Católica.
En el XI Congreso Eucarístico Nacional, que se realizó en la provincia de Tucumán, noreste del país, Macri pidió ante los obispos que estaban en el acto de clausura por la unión y la reconciliación de los argentinos, tema en el que ha insistido el papa Francisco en reiteradas oportunidades.
“Jesucristo, Señor de la historia, te necesitamos para ser una patria fraterna y solidaria, para superar los desencuentros y unirnos caminando juntos”, dijo Macri.
En Tucumán, Macri también invocó a Jesuscristo para pedirle por la construcción “entre todos” de un futuro de “esperanza y trabajo”, para “actuar con la verdad y la justicia” y para “incluir a todos y vencer las diferentes formas de pobreza”.
Recientemente, los obispos argentinos le habían manifestado al Presidente, en una reunión, su inquietud por los niveles de pobreza y desempleo en el país, que consideraron preocupantes.
El mandatario nacional también pidió en sus intenciones ayuda a Dios “para erradicar la corrupción en todas sus manifestaciones”. Esta petición cobra especial relevancia en momentos en los que se está destapando uno de los mayores escándalos de corrupción de los últimos años, que involucra al exfuncionario kirchnerista, José López.
López, quien fue secretario de Obras Públicas durante los 12 años de los gobiernos kircheristas, fue sorprendido la semana pasada cuando intentaba esconder US$ 9 millones, euros, joyas y un arma, en un monasterio femenino de la provincia de Buenos Aires.
El tema de la corrupción también fue tocado por el legado papal, cardenal Giovanni Batista Re, quien recibió a Macri en Tucumán. Re pidió por “una real renovación y progreso de la honestidad”
“La Eucaristía también es luz para el servicio del bien común y para la contribución que los cristianos deben aportar a la vida social y política, que necesita hoy más que nunca de un quiebre que lleve a poner fin a la corrupción y de una real renovación y progreso en la honestidad, en la rectitud moral, en la justicia y en la solidaridad”, expresó el enviado del papa Francisco.
Asimismo, el mandatario nacional hizo alusión al tema del aborto, y aunque no lo rechazó de manera directa, sí dejó ver que no estaba de acuerdo. En este sentido, pidió ayuda a Dios para “proteger la vida desde la concepción hasta la muerte”.
El tema del aborto era un punto de discordia entre Macri, cuando era Jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, y Francisco, cuando era Arzobispo de la misma ciudad. El diario Clarín destaca que en esa época Macri decidió reglamentar el protocolo habilitante para los abortos no punibles en el ámbito de la Ciudad, lo que molestó a Jorge Bergoglio.
Este fin de semana fueron más los puntos que unieron al Gobierno de Macri con el Vaticano, que aquellos que los separan. El último episodio que fue interpretado como una mala señal, fue el rechazo del papa a un donativo de AR$ 16.666.000 (US$ 1.206.618,40) que el Gobierno argentino daría a la Fundación Scholas Occurrentes, creada por el Vaticano.