En el Tedeum, o Canto de Acción de Gracia celebrado en la Catedral Metropolitana, el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli, pidió no perder la sensibilidad y redoblar el esfuerzo y servicio por los sectores de menores recursos.
En la ceremonia religiosa que se hace cada 25 de mayo con motivo del Día de la Patria en Argentina, Poli habló ante del presidente de la República, Mauricio Macri, la vicepresienta Gabriela Michetti, los ministros del Gobierno y el titular de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti.
“Que no nos paralicen las estadísticas. No perdamos la sensibilidad ante el dolor de los más pobres, de las familias que sufren por carecer de lo esencial. Que la atención priorice a los chicos y los mayores, los más vulnerables. No permitas que nuestras promesas defrauden a la gente”, advirtió Poli.
El Cardenal Poli abogó por crear espacios y mesas donde se pueda “compartir la sabiduría del diálogo” y “donde las ideas superen las ideologías”. “Que nadie se levante hasta encontrar acuerdos duraderos”, pidió el arzobispo.
Tras escuchar la homilía, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, dijo que el Gobierno comparte las ideas expresadas este martes por el arzobispo de Buenos Aires.
“Compartimos el 100 por ciento, un país de encuentro, de paz y de cuidar a los más débiles, como los más chicos y los abuelos”, comentó Peña.
El funcionario destacó que tanto la Casa Rosada como el Congreso “están abiertos” a recibir opiniones y escuchar a todas las partes.
El papa Francisco había enviado una carta de felicitación por la fiesta patria a Macri en la que le señalaba que oraba para que los argentinos avancen en la búsqueda de “bien común” y “la reconciliación”.
“Me complace manifestar a vuestra excelencia mi cordial felicitación, que acompaño con mi oración al Señor para que conceda a todos los argentinos copiosos dones de su misericordia, que los ayuden a avanzar continuamente en la búsqueda del bien común, la reconciliación y la fraternidad”, dice la carta.
Desde el Gobierno se interpretó la carta de Francisco como un gesto positivo para encaminar a mejorar las relaciones entre el Vaticano y la nueva gestión en la Casa Rosada, que hasta ahora han sido distantes.
Los obispos argentinos le manifestaron al Gobierno su inquietud por los niveles de pobreza y desempleo en el país, que consideraron preocupantes.
Macri encabezó en la residencia presidencial el tradicional locro (guiso) del 25 de mayo que compartió con integrantes de organizaciones sociales. Se esperaba la asistencia de la activista Margarita Barrientos, quien declaró que el Papa no la recibió cuando ella lo fue a visitar a Roma. Barrientos no aceptó una reciente invitación para un encuentro con Francisco por razones “laborales”.