Nuestro país, como quizá nunca antes en la historia moderna, enfrenta una sacudida al status quo de su situación política, económica y social.
En todos los diarios del mundo se presenta a México como la indefensa víctima de la gran potencia del mundo moderno y su instintivo nuevo representante; los Estados Unidos de América y su nuevo gobierno federal bajo el mando de Donald Trump parecen haber encontrado en su vecino del sur una oportunidad perfecta para dar un golpe de autoridad y dejar en claro que se vienen nuevos tiempos para el país que en otros tiempos fuera “the land of the free”.
- Lea más: Gobierno de México niega que Trump haya amenazado con una invasión militar
- Lea más: México pone la mira en mercados alternativos: negociará TLC con la Unión Europea
Construir un muro fronterizo para evitar el paso de nuevos inmigrantes ilegales pagado por el gobierno mexicano, el aumento de impuestos arancelarios de hasta 20% sobre su valor nominal a productos mexicanos, la cancelación de nuevas inversiones en territorio nacional y en general un clima de hostilidad hacia nuestros paisanos y diplomáticos en territorio norteamericano son suficientes para prevenir que lo de Trump candidato no eran solo promesas de campaña, si no que en verdad formarán parte de su agenda política.
Mientras tanto en México las alarmas se están encendiendo y los más populistas y demagogos están proponiendo responder con la misma moneda y solo “contratar mexicano y consumir mexicano”, sin darse cuenta de todo el daño que esto podría representar en el corto y mediano plazo para la estabilidad y la economía del país.
Todos conocemos la historia bíblica de David y Goliat. Es mundialmente conocida como una metáfora de la victoria del pequeño frente al grande, del desvalido frente al poderoso, un recuerdo de que, aunque tengamos todo en nuestra contra, siempre existe la posibilidad de triunfar. Es una metáfora que da forma al anhelo de poder decidir nuestra suerte por nuestra propia mano, sin encontrarnos sometidos a influencias externas.
Si el mítico joven David, que a la postre se convertiría en rey, hubiera enfrentado al gigante Goliat tan solo con su fuerza, es decir en igualdad de circunstancias, la batalla no hubiera durado más de dos minutos. Sin embargo, David supo leer la situación y hacer una estrategia adecuada para salir airoso de su apretada encrucijada.
México, al igual que David, debe encontrar una alternativa al uso de la fuerza directa; nuestra honda y nuestra piedra son el libre mercado y la eliminación de fronteras comerciales.
Lejos de estar pensando en boicotear empresas norteamericanas deberíamos estar pensando cómo atraer más empresas no solo norteamericanas, sino también alemanas, coreanas, japonesas, chinas y de donde sean, siempre y cuando generen riqueza y nuevos empleos.
Dicen que en los tiempos difíciles hay dos tipos de personas, los que ven la crisis y los que ven las oportunidades; si EUA quiere cerrar fronteras y forzar a sus ciudadanos a consumir solo local es una buena oportunidad para que el mundo entero vea a México como una alternativa viable para expandir sus mercados y hacer nuevos negocios.
Las empresas extranjeras cuando vienen a nuestro país no vienen a saquear nuestros recursos como décadas de educación patriotera y estatista nos han querido inculcar. Cuando una empresa extranjera inicia operaciones en México genera nuevos empleos, capacita y da nuevas herramientas de desarrollo a sus empleados, genera nuevos mercados, aumenta la oferta de bienes y, si bien una parte de las ganancias pueden irse a ser reinvertidas en cualquier otro lugar del mundo, muchas veces, y por lo general, se reinvierten para poder seguir creciendo la producción y las ganancias locales.
A mayor número de empresas, más competitividad, mejores empleos, mejores salarios y mejores condiciones de vida tendremos en nuestro país.
Responder a “Goliat” y a las políticas nacionalistas y proteccionistas de Trump con más de lo mismo suena como algo natural, pero es algo inviable y una estrategia errónea que sin duda conduciría a México al fracaso.
¿Soluciones reales? Mayor apertura comercial, menos aranceles al comercio exterior, más tratados de libre comercio con otros países, menos tramitología en lo general y en especial para entes productivos, menos burocracia innecesaria, menos impuestos, reducción de programas sociales (que no terminan siendo más que semilleros de corrupción), una disminución a los requisitos para nuevos emprendedores, menor carga impositivita a los empresarios creadores de empleos, seguridad jurídica respecto a los derechos de propiedad privada y un gobierno bien limitado.
Al final, para Goliat su gran tamaño y fuerza representaban lentitud e incapacidad para poder utilizar herramientas de largo alcance como la honda, Goliat era fuerte pero solo en el combate cuerpo a cuerpo y lo que parecía que era su mayor fortaleza, era en realidad su mayor debilidad. El nacionalismo y el proteccionismo de Trump son justamente eso, su gran debilidad que puede representar la oportunidad de salir victoriosos para los mexicanos si nos decidimos a apostar por las causas de la libertad y la corresponsabilidad ciudadana. *
*NOTA ACLARATORIA DEL AUTOR: es necesario recordar que el libre comercio, contrario a los principios de la guerra, el proteccionismo y los nacionalismos, no es un juego de suma cero. No hay un solo ganador, sino que todos se benefician, es un juego de ganar/ganar. La figura de la batalla de David y Goliat se usa solo como una metáfora y en respuesta a las bravuconerías y propuestas sin-sentido de aquellos que promueven los ultranacionalismos como respuesta a los problemas que como sociedades enfrentamos en los tiempos modernos.