Lo impensable en Uruguay hace ya tiempo que no existe. Impensable hubiese sido que un vicepresidente que no pasa de ser un vil mentiroso (en cuanto a su historial académico, a su responsabilidad en el escándalo ANCAP) siguiese en su cargo como si nada ocurriese. Impensable.
Impensable resultaría en otrora asimismo que Eduardo Bonomi, quien tal vez sea el ministro más inepto de la historia del país también continúe al mando del Ministerio del Interior, obviando su pésimo rendimiento y falta de capacidad – que deriva en ausencia de resultados, o incluso peor, empobrecimiento de los mismos.
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Pero Uruguay ya no es el que fue, o el que amagó a ser. Uruguay es hoy en día una película bizarra y de bajo presupuesto dirigida por Michel Gondry: lo impensable, lo inimaginable, está ahí, a la vuelta de la esquina, bajo cualquier eslógan político, con pancartas de fanatismo e histeria colectiva.
En el Uruguay impensable, éste en el que nos tocó vivir, a un artista plástico (Julio de Sosa) se le ocurrió pintar al expresidente y actual senador José « Pepe » Mujica y a su esposa, la también senadora Lucía Topolansky, desnudos, a lo Adán y Eva. Y en este mismo hilo de lo impensable al artista se le antojó bautizar a su obra con el nombre de « Génesis Uruguay », como si antes de Mujica (y compañía) no hubiese habido jamás un Uruguay.
Pero quizás lo más impensable dentro de lo que ya es enormemente impensable es que la obra (que pretendía ser un homenaje a la expareja guerrillera derivada en presidencial) fuera censurada por el expresidente y su compañera. Fue la misma policía – sin orden judicial – la que se presentó en la galería de arte donde se exponía la obra a quitarla alegando « órdenes de arriba ».
Y así, en plena democracia, e impensable como parezca, el arte es censurado.
El populismo de izquierda que propone y ha propuesto siempre el exmandatario tiene en agenda, al parecer, un regreso absoluto a la Edad Media, en el que la desnudez es motivo de vergüenza y repudio. Es, en este caso, el autodenominado «progresismo» en sí el que se desnuda y se muestra tal como es: altanero, tirano y troglodita.
Sin embargo, y en el profundo pozo que es ésto de lo impensable, pocos se han dado cuenta de la gravedad del asunto. El «desnudo de Mujica y la Topolansky» se ha tomado más como un tema jocoso entre mate y mate y no como lo que realmente es: censura pura y dura, esa misma que la izquierda dice condenar y asocia siempre con la dictadura.
Si un gobierno «de derecha» se hubiese atrevido a hacer semejante cosa (quitar un cuadro de una galería de arte por medio de la policía sin orden judicial porque ofende una supuesta moral de un par de senadores) los gritos se escucharían allí donde Artigas perdió el poncho. Pero en el Uruguay impensable no es el caso.
El gobierno del Frente Amplio ha demostrado, en cada oportunidad que ha tenido, que no practica lo que predica – y lo que predica se contradice. La coherencia brilla por su ausencia en un país que se anestesia para sobrevivir.
Diana Saravia, responsable de la galería en la que se exponía la obra, declaró en su página de Facebook:
Panorama negro para un día negro. La tan polémica obra Génesis Uruguay del artista Julio de Sosa y expuesta en nuestra Galería fue retirada por delicadeza de la pared donde estaba colgada. En el día de ayer muy amablemente dos policías nos visitaron para hacernos la gentil citación a declarar en Jefatura y pedirnos que retiráramos la obra de la vista pública. Todos saben que soy una persona pública, trabajadora y honesta y que lucho dia a dia para poder difundir y mantener activa una pequeña porción de lo que es la producción artística Nacional. Trato de darle la oportunidad a artistas emergentes con obras no tan conocidas , quizás no del agrado de todos y quizás no tan perfectas pero busco en ellos algo diferente y en este caso con la obra de este joven artista vi una cuota de humor que en momentos de “sequía” , en momentos de crisis en tiempos
que se deprime el deseo de comprar o apreciar arte, es necesario . Es necesario apoyo a la expresión artística, es necesario ser libre para expresarlo , el arte es libre y creo que no esté bien condenarlo. En este país tan pequeñito la oferta cultural es inmensa , somos miles las personas que de una forma u otra nos expresamos mediante alguna disciplina artística. Nadie mediante una disciplina artística piensa en herir o molestar a alguien, lo que hacemos es por amor al arte y amamos hacerlo.
Jamás en democracia un artista debió declarar en Jefatura (sin orden judicial) por la realización y exposición de una obra. Pero en el Uruguay de hoy, la soberbia, el atropello a las instituciones, la tiranía y hasta la censura han llegado al nivel de lo impensable.