
Es muy difícil hallar buenas noticias en Venezuela. Una de las últimas informaciones negativas viene de la Sociedad Anticancerosa, una ONG que históricamente ha luchado contra el cáncer en el país suramericano. A contraflecha del mundo, el país registrará un incremento de 11 % en la mortalidad por cáncer en relación con 2013. Si esta noticia es lo suficientemente mala, hay otra peor: que el número de casos detectados bajará 9 %. No porque haya menos personas enfermándose; esto quiere decir que, lamentablemente, más venezolanos se enterarán de que padecen el terrible mal, cuando, con casi total certeza, sea demasiado tarde para enfrentarlo.
A la crisis endémica del sistema sanitario venezolano se suma el colapso de los sistemas de atención a los enfermos de cáncer y el incumplimiento de las metas que en 2008, la Organización Mundial de la Salud fijó para que todo el planeta las lograra en 2020, señaló Cono Gumina, presidente de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela.
Gumina señala que lamentablemente, el número de muertos por cáncer seguirá creciendo y que el país ha perdido al menos un lustro en su pelea contra la enfermedad, que matará a 25.000 venezolanos este año.
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A la entrevista con Gumina, quien conversó en exclusiva con PanAm Post, agregamos, al final, el desgarrador testimonio de @zirtaebanele2, una venezolana que enfrenta un tratamiento que no consigue, que tiene dos hijas por criar y que hace un llamado de ayuda a un Gobierno de su país que es totalmente indolente.
Sin tratamientos estructurados
Si el crecimiento de 11 % en las muertes por cáncer en Venezuela, que es una cifra oficial, es una mala noticia, que el número de casos detectados haya bajado 9 % también lo es, porque no se están detectando a tiempo nuevos casos. ¿Es correcta esta apreciación?
Por supuesto. El trabajo que hemos publicado en la Sociedad Anticancerosa de Venezuela, en conjunto con el Centro de Matemáticas y Estadística Aplicada de la Universidad Simón Bolívar, nos revela que la mortalidad por cáncer aumentó en 11 % en relación con 2013, que es el parangón que teníamos. ¿Por qué hemos trabajado en esta estadística? Porque en la Declaración Mundial de la Lucha contra el Cáncer en 2008 se implementaron 11 pautas, de la cual la número dos es medir la carga de la enfermedad para ver si podemos disminuirla para 2020.
Medir la carga de la enfermedad nos permite saber el número de personas que fallecieron por cáncer en Venezuela, que sabemos que en lo que va de 2016 son 25.754 personas; y esto nos va a permitir monitorear si los planes que hemos implementado en control de cáncer son buenos, o no se aplicaron, o no se están realizando. Y con esto, podemos tomar decisiones; los datos que tenemos de mortalidad por cáncer son “duros”, es decir, basados en los certificados de defunción, que en Venezuela, como en otros países, son obligatorios.
Entonces, si tenemos una buena data en cuanto a la mortalidad; lamentablemente, para los datos de la incidencia del cáncer no tenemos data. En una clasificación que va de la A a la G, Venezuela está en el último lugar, que es el G. No tenemos fuentes de datos para poder conocer cuál es la incidencia de cáncer. Esto se hace en base a proyecciones y modelos matemáticos y por eso hemos logrado obtener las cifras.
Con este estudio podemos ver cómo está distribuido el cáncer en Venezuela por sexo, entidad federal, cuáles son las principales localizaciones, y de los dos cánceres más importantes, tanto en el hombre como en la mujer, ver cuál es el grupo etario que más está afectado. Vemos cómo aumentó la mortalidad y disminuye la incidencia 9 %.
En la mortalidad hay casos sorprendentes, como el del estado Vargas, que tiene el mayor crecimiento de mortalidad y de incidencia por cáncer en estos tres años. No tenemos explicación para ello, pero nos hace ver que tenemos que aprobar un proyecto orientado a ese estado con programas de detección precoz.
¿Ese porcentaje de venezolanos muertos por cáncer, de aproximadamente 0,85 % de la población, es cónsono con el de otros países?
Nosotros, como somos un país de ingresos medianos a bajos, sabemos que de los 13 millones de muertes por cáncer en el mundo, en el grupo de países en el que estamos incluidos, la mortalidad por cáncer va a ocupar más de la mitad de los casos que se diagnostican en el mundo. Nosotros tenemos una tasa alta de mortalidad por cáncer, y ha ido incrementándose, mientras en los países que tienen buenos ingresos per cápita, donde hay acceso a diagnóstico precoz, campañas de prevención, acceso a tratamientos oportunos, llámense estos cirugía, quimioterapia o radioterapia, han logrado bajar la mortalidad por cáncer.
De estos factores cruciales, como detección temprana o acceso a fármacos, ¿cuáles están fallando en Venezuela en este momento?
Una de las once premisas que le mencioné es tener acceso a un programa de tratamiento de cáncer que esté bien estructurado, que una vez que a una persona se le diagnostique la enfermedad, vaya a un instituto donde lo atiendan, no tenga que esperar seis meses para ser intervenido, luego seis meses para iniciar su tratamiento oncológico, porque en el cáncer, todos sabemos, el tiempo apremia.
Nosotros, lamentablemente, no tenemos esa estructura, no la tenemos bien organizada; en un sitio se da la quimioterapia, en otro tiene que buscar el paciente los medicamentos, y a veces no se consiguen los esquemas de tratamiento y hay que cambiarlos. Cuándo el esquema no es el ideal, los resultados no son los ideales. Y eso hace que nuestra sobrevida, nuestra tasa de éxito, de mejoría en los pacientes, no es la que uno desea.
Pensando en lo que han avanzado las terapias contra el cáncer en los últimos 20, 25 años, ¿en qué año están los tratamientos que se administran hoy en Venezuela?
Yo pienso que por lo menos unos cinco o seis años que, con las nuevas terapias y los nuevos métodos de diagnóstico, las pruebas de detección genética que están en boga hoy en día, a ellas no tenemos acceso. Los costos de un test genético, por ejemplo, son de 4.000 dólares…
Decía usted en una entrevista radial que el costo del cáncer hace que los tratamientos de la enfermedad solo los puedan sufragar los Estados, con convenios con las farmacéuticas. ¿Cómo ha desmejorado eso en Venezuela en los últimos años?
Hubo un momento en el que se asumió el tratamiento farmacológico del cáncer, mediante las llamadas Farmacias de Alto Costo, hace unos seis, siete años. En ese momento había un acceso total y equitativo a los tratamientos. El Estado era el proveedor de esos tratamientos y todos teníamos acceso a los mismos tratamientos; y se conseguían prácticamente todos los tratamientos que se necesitaban. Actualmente eso no está funcionando, las farmacias de alto costo no son buenas proveedoras de medicamentos, hay algunos medicamentos que todavía se consiguen, pero nosotros vemos en el día a día todos los servicios públicos en los medios buscando terapias, y los medicamentos son muy costosos, cuesta adquirirlos.
¿Cómo es posible que el cáncer no sea una enfermedad de obligatoria notificación en su diagnóstico, como por ejemplo sí lo son las enfermedades infectocontagiosas?
Justamente, gracias a este trabajo estamos tratando de concienciar para que haya un sistema de registro que nos permita tener cifras de incidencia. Estas son solamente proyecciones. Nosotros sabemos que la incidencia de cáncer va a aumentar, como en todo el mundo; nosotros esperábamos que en 2016 se detectaran unos 52.000 casos de cáncer, y de esos, nosotros sabemos que va a haber muchos casos que no serán detectados porque no existe el acceso a un programa de diagnóstico precoz.
¿Un diagnóstico de cáncer en Venezuela es hoy una sentencia de muerte?
Si es un estadio (etapa o período determinado en la evolución de una enfermedad ) avanzado, lamentablemente eso es nefasto para el paciente. La tasa de sobrevida a cinco años, que es el estándar con el que nosotros trabajamos, en comparación con lo que llamamos nosotros “muerte temprana”, es decir, antes de ese plazo, en Venezuela va a subir por lo menos en un 50 % a 60 % en 2020, cuando mundialmente es de menos de 40 %.
“No me quiero morir”
@zirtaebanele2, cuyo nombre guardamos en reserva, es una sobreviviente de cáncer de mama. Ahora necesita someterse a nuevos tratamientos de quimioterapia y radioterapia, y no consigue ninguno de los medicamentos que necesita en el Ministerio de Salud. Ella envió este angustioso mensaje a través de las redes sociales:
Ayudeme por favor en Alto Costo no hay, Info x privado o al 04241506907 @joseolivaresm NO ME QUIERO MORIR pic.twitter.com/v1ZCguaEJt
— ॐ zirtaebanele2 ॐ (@zirtaebanele2) November 25, 2016
En conversación con PanAm Post, esta mujer de 48 años, de ancestros españoles, señaló que está pidiendo ayuda no solo en Venezuela, sino que está considerando seriamente irse al país de sus padres a ver si consigue ayuda para su tratamiento: “creo que ya definitivamente me toca, aunque me duela, y mucho me toca pensar en irme, porque aquí (en Venezuela) cada vez tengo menos trabajo, no consigo medicinas, hasta mi médico me dijo que agarrase a mis hijas y me fuese. La mayor preocupación es cómo vamos a vivir, pero es muy duro ir a buscar medicinas y que en Alto Costo te miren como si vas a pedir una ayuda para rumbear”.
Suelta un venezolanismo: “Me arreché y grité (en la farmacia de medicinas de alto costo) que no era justo que Maduro siendo mi empleado festejara su cumpleaños con el Gran Combo, y yo que soy quien le paga su sueldo me voy a morir porque él y todos sus compañeros no compran las medicinas para nosotros […] no hay ni un solo medicamento y la de la taquilla me dijo de frente que no era su problema, que yo resolviese”.
Como ella, son miles los venezolanos no quieren morirse por falta de un medicamento. Desde PanAm Post llamamos a la solidaridad de todo el continente ante un Gobierno venezolano que gasta en fiestas lo que debería gastar en sus enfermos, niños y sus ancianos. Un Gobierno tan indolente que raya en lo criminal.