Luego de ver el peregrinar del sacerdote Lenín Bastidas por la paz de Venezuela, la concejal suplente de Cabudare (estado Lara), Marianny Linárez se vio compelida a hacer un recorrido similar, pero con una particularidad: Marianny, como producto de un accidente de tránsito, se ve obligada a trasladarse en una silla de ruedas.
Desde su ciudad hasta la capital hay 360 kilómetros, y ella los está recorriendo con tres amigos, también con discapacidad motriz, en un viaje que, como el de Bastidas, ha conmovido a su país. Marianny conversó con PanAm Post, en la víspera de la “Toma de Caracas”, sobre sus motivaciones y cómo ha sido su viaje, en el que ha tenido que enfrentar la represión del régimen de Nicolás Maduro.
¿Cómo se siente luego de viajar por varios días en peregrinación por la paz de Venezuela?
Afónica, muy bien, fortalecida en Dios, llena de esperanza. Ayer en la tarde me descompensé por la deshidratación y todo el tiempo que nos pararon los funcionarios de la Guardia Nacional en San Felipe. Entre San Felipe y Naguanagua nos pararon más de doce veces, y hasta dos horas nos hicieron perder en cada sitio.
¿Con qué argumentos?
Que eran chequeos normales, nos revisaban las maletas, los carros que nos acompañan, y que nos tenían que revisar la cédula, pero eso se convertía en una espera de una, dos horas. Yo preguntaba por qué no avanzábamos y nos decían que la orden era no dejarnos pasar. Yo les decía “si quieren seguimos esperando, pero no nos vamos a detener. De que llegamos a Caracas llegamos”.
Dialogábamos con los efectivos en todas las alcabalas y puntos de control, tratábamos de explicarles que esta lucha también es por ellos, que tampoco consiguen la comida o las medicinas. Esta lucha es por todos los venezolanos. La respuesta a veces era muy respetuosa, otras veces muy grosera, pero bueno, siempre logramos el objetivo, que era pasar los obstáculos, y si Dios quiere este miércoles vamos a estar en la capital y el jueves participaremos en la “Toma de Caracas”.
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No hubo ningún tipo de solidaridad por parte de los funcionarios que nos detenían, pero sí nos decían que los entendiéramos, que estaban recibiendo órdenes. El punto más fuerte fue en Morón, estado Carabobo, donde echaron hasta aceite en las vías para que no pudiéramos pasar, pero la gente que estaba en la cola nos aplaudía y cantaba consignas. Con presión del pueblo, más nosotros hablando con los funcionarios, logramos pasar finalmente. Fueron casi dos horas.
¿Cómo está la seguridad alrededor suyo?
Desde que salimos nos está custodiando la policía política. Yo no puedo decir en qué punto estoy, porque el acoso ha sido muy fuerte en todo el recorrido. Ya estamos muy cerca de Caracas, y con el favor de Dios hoy estaremos en Caracas para acompañar la gran toma del 1 de septiembre (#1S), exigiendo el cronograma electoral y el referendo revocatorio para este año 2016.
¿Cuál es su condición de salud y su situación política?
Soy concejal suplente por el partido Voluntad Popular en el municipio Palavecino, estado Lara; soy la única concejal de Venezuela (se eligen 1.680 titulares, más igual cantidad de sus suplentes), con discapacidad de todo el país; a los 24 años, hace 10 meses, sufrí un volcamiento, donde sufrí numerosas fracturas.
No había mucha esperanza de que viviera, pero como Dios es el que decide, decidió que yo viviera. Tengo paraplejia en los miembros inferiores. Me toca depender de una silla de ruedas para movilizarme.
¿Qué le dice la gente que se encuentra por el camino? ¿Cómo la apoya? ¿Quiénes están alrededor de usted en este viaje, que no sé si fue premeditado, o producto de un impulso?
El martes pasado (23 de agosto) estaba en el estado Lara, acompañando a nuestra hermana Lilian Tintori, invitando a todos los venezolanos a participar en la “Toma de Caracas”, y de pronto me quedé mirando al público y le dije: ¿Si ya salió el padre Lenín Bastidas desde Anzoátegui, ya salieron nuestros hermanos indígenas de Amazonas, por qué no salir yo desde Barquisimeto hasta Caracas para exigir el referendo revocatorio en este 2016, y que todos los venezolanos se sumen?
Porque para muchas personas, la discapacidad es una limitante, para mí no lo es, es simplemente una condición, y en este momento mi mensaje es “si yo puedo, todos podemos”. Lilian estuvo de acuerdo, me dio el apoyo y así iniciamos esta gran travesía, a la que denominamos “Rodando por Venezuela”.
Enseguida me contacté con un compañero, también con discapacidad, que se animó muchísimo, y al día siguiente se sumaron otros dos; somos cuatro amigos en silla de ruedas (Pascual Farnataro, Ángel Zambrano y Ender Torres) que me acompañan; también se sumaron dos amigos de la resistencia de 2014, que fueron víctimas de la represión en esas protestas, a quienes les fracturaron las piernas, y aunque les duele muchísimo, están haciendo ese sacrificio por todos.
Se ha ido sumando gente, tenemos un equipo de logística que nos acompaña, porque sin ellos no hubiéramos podido lograr adonde hemos llegado y adonde tenemos que llegar.
Nosotros queremos dejar un mensaje: todos tenemos que unirnos para lograr el cambio en nuestro país, no podemos seguir quejándonos y quedándonos en una eterna discusión, que es el juego del régimen de Nicolás Maduro, que caigamos en la depresión, mantenernos ocupados haciendo colas.
Tenemos que transformar ese dolor, esa indignación, esa desesperanza, en acción; mantenernos positivos, mantenernos firmes, que es lo que le pedimos al pueblo venezolano.
No podemos seguir quejándonos y quedándonos en una eterna discusión, que es el juego del régimen de Nicolás Maduro, que caigamos en la depresión, mantenernos haciendo colas.
Vamos a sumarnos el 1 de septiembre a la “Toma de Caracas” y a salir a todas las calles de Venezuela. Cuando veo al Gobierno sumido en el terror me pregunto: “¿Es que cuatro sillas de ruedas le hacen temblar las piernas a este régimen?”, porque nos han puesto trancas en todas partes, y estoy sorprendida de leer las noticias de que Cabudare, mi ciudad, está totalmente militarizada. Es impresionante el miedo y el temor que le tienen al pueblo en la calle. Da pena, pero por ello el llamado va aún con mayor fuerza. Salgamos a la calle sin miedo y con un gran estado de paz.
¿Tiene alguna agenda de actividades en Caracas o lo único que va a hacer es participar? No sé si lo tiene claro, pero al igual que Lenín Bastidas, usted se ha convertido en un símbolo de esta manifestación…
(Pausa). Guao… La verdad es que yo no estoy haciendo esto con la intención de ser muy reconocida, sino de dejar un mensaje: el amor tiene que unirnos a todos los venezolanos. Siempre hemos sido solidarios y hermanos. Ese amor tenemos que transmitirlo entre nosotros mismos y finalmente, también es para Dios.
Si es verdad lo que usted dice, que me he convertido en un símbolo, con mucha humildad lo asumiré, y lo seguiré compartiendo con todo el pueblo venezolano, porque no podemos caer en la desesperanza, tenemos que mantenernos firmes y en acción.
Lo que vamos a hacer en Caracas es celebrar, con todos los obstáculos que nos ha puesto este régimen, vamos a llegar, duélale a quien le duela y nos vamos a unir con ese pueblo que nos regala mandarinas, nos regala abrazos. Es impresionante todo el amor que hemos recibido en estos días de viaje, y bueno, rodar de Plaza Venezuela hasta Chacaíto (en el centro de la capital venezolana, N. del R.) y juntarnos allí con Lilian Tintori.
Y mañana, el día de la marcha, participar en ella como una ciudadana más, luchando por recuperar nuestros derechos.