EnglishMéxico negó la visita, solicitada desde septiembre de 2015, de Juan Méndez, relator contra la tortura de la Organización de las Naciones Unidas, argumentando, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, que “están programadas visitas de otros expertos y no es posible agendarla antes de octubre, cuando concluye su misión” (la de Méndez).
Méndez pretendía regresar al país para dar continuidad al trabajo que realizó en abril y mayo de 2014, cuando levantó la información para un documento sobre México que presentó el 9 de marzo de 2015 y que produjo malestar en el Gobierno de ese país.
El documento sostiene que la tortura en México “es generalizada”, lo que fue rechazado “tajantemente” en un comunicado por el Gobierno mexicano hace un año; funcionarios de la Cancillería de ese país acusaron al relator de actuar “de forma poco ética y poco profesional”.
Méndez afirmó que el 7 de marzo, en Ginebra, Suiza, Jorge Lomónaco, embajador de México ante organismos internacionales de la Secretaría de Relaciones Exteriores, le dijo que no podría realizar la visita de seguimiento que solicitó y aclaró que “la que eventualmente se programe para la Relatoría de Tortura la hará su sucesor, si es que así lo considera el Gobierno mexicano”.
El relator dijo que aún no recibe un documento que avale la decisión.
Méndez no está solo en sus apreciaciones: un informe publicado en octubre de 2015 por Amnistía Internacional declara que “la tortura en México está fuera de control” y señala que 64% de los mexicanos, según un sondeo hecho por esta misma organización, siente temor de ser torturado por las autoridades policiales.
“Mientras tanto, las autoridades miran hacia otro lado, y confían en que la comunidad internacional también lo haga”, indica el informe de AI.
Fuentes: El Informador, Amnistía Internacional.