El feminismo tomó el poder en Chile. Sus ideas convulsas sobre la “dominación” y el “abuso histórico” contra la vida, conciencia y el cuerpo de las mujeres dirigirán al gobierno izquierdista del presidente, Gabriel Boric, quien nombró en todas las instancias ejecutivas “asesoras” de esta doctrina para alardear su apego a la perspectiva de género.
Alegando que no es una tendencia posmoderna, Boric incorporó en cada uno de los 24 ministerios —de los cuales 14 están a cargo de una mujer—, subsecretarías y organismos estatales de servicios públicos a una “asesora feminista”, para supervisar y guiar las políticas.
“Son más de 100”, aseguró La Tercera. Desde su arribo, el Ministerio de la Mujer, a cargo de Antonia Orellana, forma parte del Comité Político, pero “el plan feminista se ha ido afinando en forma y fondo en los espacios de trabajo más íntimos del Palacio de La Moneda”. El medio afirma que la cabeza de esta red feminista enquistada la lidera desde el segundo piso de la sede de gobierno, Luna Follegati, filosofa que dirigió el tema en la campaña presidencial de Boric.
Con un filtro riguroso
Boric blindó a su gestión con feministas. No ha dejado ningún espacio sin su presencia. Hasta designó a una pastora luterana como capellana de La Moneda: Izani Bruch, quien está a favor de la legislación del aborto y defensa de las disidencias sexuales.
La dependencia del presidente de sus demandas, que pretenden generar una supremacía bajo el argumento de “igualdad”, es absoluta. Frente a los mandatarios de la región reunidos en la Cumbre de las Américas de Los Ángeles, Boric, destacó que “no es tolerable que en el continente haya lugares en donde se siga negando su diversidad y su historia”.
De ahí, la cancha libre para que sus “asesoras feministas” comanden su administración. Ya lo están haciendo sin perder tiempo. A tres meses de la toma de posesión, exigen que ningún funcionario registre deudas por pensión alimenticia o posibles antecedentes de algún tipo de violencia de género (ya sea física, psicológica o simbólica).
Impacto puertas adentro
Por esta maniobra uno de los trabajadores de la Secretaría de las Comunicaciones alcanzó a trabajar un solo día en La Moneda. “Su partida nunca se explicó en el equipo”, afirmó La Tercera pesar de que el Ministerio de la Mujer y la División de Políticas de Igualdad divulgan la “transversalización de la igualdad de género en el Estado”.
Dentro del cuadro de feministas de Boric está la excandidata a diputada y ahora asesora de género del ministerio de educación, Camila Arenas, quien forma parte del Frente Feminista de Convergencia Social, al cual pertenece Orellana y la pareja del presidente, Irina Karamanos, y otras tres asesoras de género ministeriales.
Aunque todas intentan cambiar el perfil de los ministerios “masculinizados”, como el de energía, donde incluso, preparan una oficina de género y derechos humanos para garantizar la incorporación de mujeres en cargo de relevancia, la prevención y abordaje de acoso sexual y laboral de todas las instituciones, sus acciones las contradicen. La imagen donde se burlan de una periodista por consultar a Boric sobre las críticas a la falta de neutralidad del gobierno frente al plebiscito de salida de la Constitución es una muestra.
Presidente Feminista de cartón. Boric junto a su gabinete se burlan de periodista mujer . pic.twitter.com/H0UvDfgaaz
— 🎸 Gonzalo de la Carrera DIPUTADO 🎸 (@carreragonzalo) April 26, 2022
Con relaciones cuestionadas
El Frente Feminista de Convergencia Social que las agrupa tiene relaciones con La Cámpora de Argentina con la cual Karamanos pretende crear una red internacional feminista dejando a un lado que Mayra Mendoza, encargada de género de la organización, es señalada de “encubrir” hechos denunciados al interior de La Cámpora, como el de su excuñado, Mariano Daer, acusado por violación e intento de asesinato por Bárbara Viacava, funcionaria de la municipalidad de Quilmes.
Antes de que estallara el escándalo La Cámpora emitió un comunicado titulado “Nada que esconder”, que habría sido supervisado por Mendoza donde aseguraban que las denuncias eran parte de una operación mediática para “ensuciar a la militancia y a la organización popular”.
La ola de denuncias es larga. Incluye según El Líbero a la de la periodista y militante del grupo, Marisol de Ambrosio, quien desde su columna en Infobae acusó al diputado nacional Juan Cabandié, actual ministro de medio ambiente de Argentina, por distintos tipos de abuso: verbal, empujones, ninguneos.
Parece que ambas organizaciones coinciden en sus prácticas al recordar que la denuncia de acoso sexual que trascendió durante la campaña contra Boric que fue evadida por Alondra Arellano, presidente de Convergencia Social y Emilia Schneider, dirigente feminista y diputada del partido del mandatario. Ambas eliminaron las publicaciones de Twitter donde reconocieron que los hechos eran “verdaderos”.
Sin tregua
La meta central de las feministas en el gobierno chileno es erradicar lo que ellas llaman el mansplaining (cuando un hombre le explica algo a una mujer sin considerar que ella sabe igual o más de lo que está hablando) y usar el lenguaje inclusivo para referirse a transexuales como identidades sexogenéricas y hasta evitando hablar de “menores” cuando se trata de la niñez.
En el pacto que fijó el movimiento con Boric prometen implementar una “agenda feminista programática” que será prioritaria para levantar un sistema nacional de cuidados que fomente la corresponsabilidad entre hogares, Estado y comunidad lo cual sólo refuerza su ambicioso deseo de posicionar el paternalismo estatal.