
China explotará y producirá litio del suelo chileno durante las próximas tres décadas. Estos beneficios llegaron luego de que su compañía BYD ganara una de las cinco cuotas que licitó el gobierno para abrir el camino a inversiones extranjeras en el área minera. Con la adjudicación de una cuota de 80000 toneladas, el régimen comunista de Xi Jinping se infiltra en el uno de los países con la mayor reserva mundial de este metal, el cual es clave para los autos eléctricos y la fabricación de baterías.
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La compañía presentó una oferta por 61000 millones de dólares por el “oro blanco”, previsto en los Contratos Especiales de Operación con empresas privadas nacionales o extranjeras que regirá hasta el año 2050 y les permitirá vender el litio como materia prima, en forma de carbonato de litio o hidróxido de litio.
El Estado chileno recibirá, sin considerar los pagos futuros por producción, 121.000.000 de dólares porque además la empresa local Servicios y Operaciones Mineras del Norte S.A. también logró una cuota al ofertar 60 millones de dólares después de dejar por fuera a dos grandes empresas: SQM, que es la segunda a nivel mundial en producción de litio; y Albemarle Corporation.
Tamara Berríos, country manager de BYD Chile, espera “contribuir al mercado local del litio y reforzará el desarrollo sostenible e innovador de Chile”.
Eso será posible si BYD Chile SpA y Servicios y Operaciones Mineras del Norte S.A. obtienen los permisos ambientales para comenzar las faenas. Sin mencionar que les corresponderá generar espacios de diálogo para que los proyectos se desarrollen “en armonía con las comunidades locales y respetando la legislación vigente” según el comunicado emitido por el Ministerio de Minería dos días antes vencer el plazo para la escogencia.
Dos días antes de lo previsto y en medio de cuestionamientos sociales y políticos, el gobierno notificó la adjudicación de la licitación para impulsar la producción de litio en el país a las empresas BYD Chile SpA y Servicios y Operaciones Mineras del Norte S.A. pic.twitter.com/WNPwPN05nX
— Fundación SOL (@lafundacionsol) January 12, 2022
Un embajador clave
El interés asiático en el litio radica en que el mineral es crucial para la fabricación de baterías de ion-litio. Este material es necesario para el funcionamiento de celulares inteligentes, aún más, con Xiaomi lanzando una batería de litio que entrega 100 minutos más de vida útil por carga. Este negocio llega después de estar tras este desde 2017.
Niu Qingbao, antiguo vicealcalde de la ciudad de Chengdú y actual embajador de China en Chile, es el primero en celebrar el acuerdo porque supone un paso adelante cuando con Ford y General Motors intentan incluir en sus flotas nuevos autos eléctricos y el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, promueve que la mitad de todos los vehículos nuevos vendidos en el país para 2030 sean eléctricos, frente al 4 % actual.
Sobre todo porque el avance de BYD en Chile forma parte de las gestiones incluidas en su agenda desde que asumió el cargo en febrero del año pasado.
BYD has been interested in Chile's lithium since at least 2017, see my article from FT at the time: https://t.co/8rBZYqk0gZ
— Henry Sanderson (@hjesanderson) January 13, 2022
Qingbao “destaca” este logro que forma parte del crecimiento de las inversiones chinas en el sector energético porque engrosan los convenios con Chile para la distribución de vacunas y la implementación del 5G en el país según La Tercera.
Esa es su agenda de trabajo porque “China concede alta importancia al desarrollo de las relaciones con Chile y en diciembre del año pasado, el presidente Xi Jinping y el presidente Sebastián Piñera mantuvieron una conversación telefónica especial en el mismo día del 50º aniversario de las relaciones bilaterales intercambiando felicitaciones y trazando conjuntamente planes”.
Más expansión
A casi un año de la revelación del embajador, los resultados de aquello están brotando y serán más considerando que “la cooperación” China-Chile incluye la firma del primer acuerdo bilateral en Latinoamérica para la nación asiática después de la adhesión de China a la Organización Mundial del Comercio, su reconocimiento como plena economía de mercado por parte de Chile y la actualización del Tratado de Libre Comercio con China.
Esa cercanía explica el interés del régimen comunista chino de alentar a sus empresas a ampliar la participación en la explotación de litio en Chile bajo principios de beneficio mutuo y ganancia compartida, exigiéndoles respeto a las leyes y regulaciones chilenas, el cumplimiento de responsabilidades sociales y aumento continuo del valor agregado de los productos para beneficiar a ambos países.
Un avance con tropiezos
Con este avance en materia minera, China digiere la anulación por parte del Registro Civil de la licitación adjudicada a la empresa china Aisino para la fabricación de las cédulas de identidad y pasaportes.
La frustración del contrato por diez años para fabricar los documentos de identidad en el país austral ante “inconsistencias” sobre el resguardo de los datos hundieron el negocio de 205 millones de dólares que el consorcio transó como proveedor del software y hardware.
Dar vuelta al negocio requirió encuentros entre Piñera, su canciller Andrés Allamand y el ministro de Justicia, Hernán Larrain. Entre ellos, evaluaron la licitación que semanas antes Estados Unidos, de manera no oficial, advirtió que afectaría la renegociación del Programa Visa Waiver que permite a los chilenos ingresar a suelo norteamericano durante 90 días por turismo, negocios y tránsito sin portar una visa pero con una autorización de viaje electrónica.
El problema es que la licitación del litio repone el histórico debate entre quienes se conforman con vender los bienes naturales como materia prima y los que creen en la industrialización del país sostiene Gonzalo Gutiérrez, coordinador de la “Red Litio y Salares: Ciencia y Futuro” de la Universidad de Chile en Twitter.
Lamentable licitación del litio repone histórico debate entre quienes se conforman con vender los bienes naturales como materia prima y los que creen en la industrialización del país, confiando en las capacidades científicas y técnicas de su pueblo#EllitioParaChileMV pic.twitter.com/OEPiwhpPG3
— Gonzalo Gutiérrez (@gonzalogutierrg) January 13, 2022
La pieza crucial
El litio será la pieza central para que Chile se convierta en la punta de lanza de la hegemonía china en América y esto coincide con el arribo del izquierdista Gabriel Boric a la presidencia austral en marzo quien tendrá que manejarse dentro del denominado Triángulo del litio integrado por Chile, Argentina y Bolivia, las tres naciones de la región con más reservas del recurso. Los bolivianos lideran con 21 millones de toneladas métricas del mineral, seguidos por los argentinos con 19 millones y los chilenos con nueve millones.
Juntos representan a casi dos tercios de las reservas mundiales provenientes de salmueras, que a su vez equivale al 60% del total. Si emula a Bolivia, Boric intentará atraer inversión extranjera con control estatal, si imita a Argentina tendrá una amplia cartera de proyectos.
El desafío
Actualmente, Australia es el mayor productor mundial de litio, con un 46 % de participación, seguido por Chile (32 %), China (10 %) y Argentina (8 %). Entre los más grandes importadores de litio aparecen China, Japón, Corea del Sur y Estados Unidos pero con un terreno ganado, las empresas chinas mantienen una ventaja en la región porque a la fecha poseen alrededor de 4500 millones de inversiones de litio y sus bancos promueven la entrega de préstamos para mineras en el extranjero.
El problema es que el Salar de Atacama de Chile, cuyas cuotas actuales de extracción contemplan más de 700.000 toneladas hasta el 2042, no resiste nuevos proyectos. Seguramente la licitación abarcó los restantes 60 salares pero estos son ecosistemas muy frágiles, y para cualquier intervención debe tenerse un modelo hidrogeológico.
Además, el litio adquiere valor para Chile cuando es considerado como un material estratégico para la transición energética. Venderlo como materia prima es un grave error cuando lo que se obtiene es muy poco: las exportaciones de 2019 representan solo unos 900 000 000 de dólares, la mitad de la exportación de vinos, 1800 millones de dólares, y 35 veces menos que el cobre. Pero ya el Dragón Rojo colonizó.