Tras la dimisión del candidato opositor Jude Celestin a las elecciones presidenciales de Haití, que debían celebrarse este domingo 24 de enero, las autoridades decidieron aplazar indefinidamente los comicios, bajo el argumento de que estaba comprometida la seguridad de los votantes y de la propiedad privada, debido a las amenazas hechas por grupos de manifestantes quienes aseguraron que no permitirían que se realizaran las votaciones,porque consideraban que se concretaría un nuevo fraude.
Las autoridades suspendieron la segunda vuelta, pero el actual presidente del país caribeño, Muchel Martelly debe abandonar su cargo a más tardar el próximo 7 de febrero, sin embargo, hasta los momentos no se sabe que pasará con el mando.
La renuncia de Celestin fue a consecuencia de los anuncios de fraude que hubo tras la primera vuelta electoral, celebrada el pasado 25 de octubre. Tanto el candidato opositor como organizaciones independientes señalaron que había fraude a favor del candidato oficialista Jovenel Moise.
Tras la suspensión de los comicios, se retomaron la protestas, pero ahora lideradas por Guy Philippe, quien en 2004 lideró un golpe de Estado contra el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide, y quien amenazó con llevar al país a la guerra.
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“Estamos listos para la guerra. Vamos a dividir el país”, dijo Philippe, quien tras el golpe de Estado que encabezó en 2004, formó una milicia paramilitar y en la actualidad es solicitado por las autoridades de Estados Unidos por su presunta responsabilidad en el tráfico de drogas.
Philippe hizo un llamado a la población a manifestar contra la formación de un gobierno de transición que se pueda formar después del 7 de febrero, tras la salida de Martelly.
La reaparición de Philippe en las revueltas civiles a consecuencia del fraude electoral denunciado por la población y por un grupo de organizaciones independientes, podría polarizar aún más la situación en Haití y desatar una confrontación mayor entre civiles y grupos armados.