En una disputa legal y al borde de la quiebra se encuentra el complejo hotelero Baha Mar, una construcción inconclusa que se suponía elevaría en 12% el Producto Interno Bruto (PIB) de las Bahamas.
Los principales inversores del hotel, conformado por un parque incompleto de edificios de habitaciones, piscinas y palmeras, confrontarán una batalla legal en las cortes de Londres por la casi quiebra del inmueble, valorado en US$ 3,5 mil millones de dólares.
El complejo. que cuenta con 2.300 habitaciones de lujo, un campo de golf de 18 hoyos, decenas de restaurantes de franquicia, y tiendas de marcas reconocidas, se encuentra vacío después de que la compañía detrás del proyecto se declarara en quiebra.
Ante la situación, el retraso en su apertura ha puesto a la economía del estado de las Bahamas bajo amenaza; al mismo tiempo que se destruye la reputación de China como socio respetable en cumplir acuerdos internacionales de construcción; siendo el Estado Chino uno de los principales inversores.
[adrotate group=”7″]Los protagonistas de la disputa ante los tribunales son el empresario suizo Sarkis Izmirlian y una de las mayores constructoras del mundo, China State Construction Engineering Corporation (Cscec), empresa que junto al Banco de Exportación e Importación de China (Cexim) se comprometieron a financiar el proyecto.
Baha Mar presentó una demanda en junio de 2014, por un monto de US$192 millones, por daños y perjuicios contra Cscec en el Tribunal Superior del Reino Unido por incumplimiento de contrato; esto, porque el día anterior, Baha Mar se acogió al llamado “Capítulo 11” de protección de bancarrota en los EE.UU.
Cada una de las partes inculpa a las otras; Cexim ha negado prestar más dinero, Cscec alega que se le deben US$140 millones como parte del contrato principal de construcción, y Baha Mar dice ahora que el capítulo 11 es la mejor manera de tratar de poner en marcha el proyecto.
El fracaso en la inauguración de Baha Mar ha afectado la calificación de crédito soberano de las Bahamas, pues Standard & Poors lo degradó a solo un escalón por encima de la categoría de “bono basura”; esto, porque Baha Mar tuvo que cubrir costos de alrededor de US$4 millones mensuales, después de contratar a 2.000 empleados para trabajar en el complejo, sin ningún tipo de huéspedes para aumentar las arcas del grupo.
Fuente: The Independent.