La reunión entre los presidentes de Colombia, Juan Manuel Santos, y de Venezuela, Nicolás Maduro, fue aplaudida por los restantes mandatarios de la región latinoamericana, pero cuestionada a lo interno de sus propios países, pues los opositores a ambos Gobiernos (enzarzados en una crisis fronteriza que ya lleva más de un mes) señalan que los resultados de esta cumbre, celebrada en Quito, Ecuador, el lunes 21 en la noche, produjo magros resultados.
El encuentro, que fue promovido por el mandatario ecuatoriano Rafael Correa y su similar uruguayo, Tabaré Vásquez, se prolongó durante cuatro horas; luego del mismo se presentó una agenda con siete conclusiones, de las cuales las más relevantes son el retorno inmediato de los embajadores de Venezuela y Colombia al país vecino; una reunión interministerial entre los gabinetes de Santos y Maduro que se celebrará este miércoles 23 en Caracas; y una “progresiva normalización de la frontera”, cerrada el pasado 20 de agosto, y “promover la coexistencia de modelos económicos políticos y sociales de cada país”.
Sin embargo, y aunque la coalición opositora venezolana Mesa de la Unidad Democrática había saludado la reunión, señalando que contribuía a aliviar las tensiones entre ambos países, luego de la misma, algunos de sus voceros más relevantes, como la destituida María Corina Machado, la fustigaron por lo impreciso y vago de los acuerdos alcanzados.
Normalización d situación en frontera exige abrirla d inmediato,resarcir daños a víctimas d ambos lados y derogar edo Dexcepción.Nada menos
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) September 22, 2015
Qué significa "progresivamente"?Expliquenselo a las familias separadas,a comerciantes en la ruina,a estudiantes,a los militares movilizados
— María Corina Machado (@MariaCorinaYA) September 22, 2015
A su vez, la excandidata presidencial colombiana y excanciller Marta Lucía Ramírez consideró “decepcionantes”, los resultados del encuentro, ya que, afirmó, “no se trató el tema del hostigamiento a los colombianos en la frontera (…) que a los colombianos que están en Venezuela les hubieran dado al menos la garantía de que no los van a seguir persiguiendo, que no les van a seguir marcando sus casas, que no los van a seguir expulsando del país”.
El expresidente colombiano (y acérrimo enemigo de Santos, luego de haber sido su padrino político) Álvaro Uribe Vélez, criticó también la reunión de los mandatarios en una serie de tuits en los que señaló que “las FARC continuarán aposentadas en (el estado venezolano de) Apure”.
Quito: Conclusiones de la reunión
1. No se reabre la frontera
2. No se hace nada con las familias que se separa… http://t.co/uLnuwpJaCo— Álvaro Uribe Vélez (@AlvaroUribeVel) September 22, 2015
Según cifras de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de las Naciones Unidas en Colombia, al 8 de septiembre habían sido deportados de Venezuela unas 1.800 personas (no se conoce de deportaciones posteriores) y casi 18 mil habían abandonado el país vecino voluntariamente.
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Donamaris Ramírez, el alcalde de la ciudad que ha recibido a la inmensa mayoría de los deportados, Cúcuta (capital del departamento Norte de Santander), denunció el mismo lunes en que se estaba realizando la reunión entre Maduro y Santos que la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela invadió territorio colombiano, y le prendió fuego a unos terrenos del otro lado de la frontera.
En declaraciones a una radio venezolana, Ramírez afirmó que “el Estado que dirige Nicolás Maduro es un Estado demente”, y que “continúa violando los derechos humanos de los colombianos”.
Fuentes: El Universal, El Tiempo, Informe 21.