El Concejo Municipal de Sao Paulo votó el pasado martes (48 a 1) la prohibición de las aplicaciones para teléfonos como Uber, para usarlos en esa ciudad, que tiene más de 12 millones de habitantes. Para que la medida entre en vigencia se requiere que el alcalde, Fernando Haddad, la avale.
Uber es una empresa internacional que ofrece un polémico servicio de transporte. Sus usuarios tienen a su disposición un software de aplicación móvil, que conecta los pasajeros con los conductores de vehículos registrados en su red. El resultado es un sistema de transporte de alto estándar con relativamente bajos costos para el pasajero.
Luego de que se conociera la decisión del concejo de Sao Paulo, Uber dijo en su página de Facebook que defiende “el derecho de los usuarios a elegir la forma como quieren desplazarse en la ciudad”, y aseguró que “más de 200.000 usuarios han enviado correos electrónicos a los concejales, para que votaran en contra de la medida”.
No es la primera vez que Uber se topa con problemas y escándalos. El concejo de Brasilia aprobó una medida similar, que debe ser sancionada por el gobernador del Distrito Federal, Rodrigo Rollemberg. Igualmente, la empresa fue objeto de una huelga en México, donde muchos de sus vehículos fueron agredidos, y por si fuera poco, se han topado con problemas legales en Francia y España.
En todas las empresas donde comienza a operar, la empresa acaba generado inconvenientes para la mayoría de los servicios de taxis presentes, que por lo general, cuentan con menos organización logística y tienen precios mas elevados.
Mientras muchos han acusado a la empresa de aprovecharse injustamente de las desventajas de los demás, a la hora de competir, Uber ha respondido que “no es cuestión de desventajas sino de falta de organización a la hora de abordar un mercado”.
Fuente: Bussines Insider, El Economista