En un mensaje enviado la noche del miércoles al Congreso estadounidense, el presidente Barack Obama informó que el Gobierno de Castro está dispuesto a negociar sobre los estadounidenses fugitivos asilados en Cuba; esto, en el marco de un nuevo diálogo sobre cooperación judicial.
Obama reconoció que Cuba ha entregado viviendas, cartillas de racionamiento y servicios médicos a algunos de los fugitivos solicitados por Estados Unidos, pero alegó que La Habana haya mostrado más cooperación recientemente. El país caribeño accedió a negociar esto con EE.UU. una vez fue retirado de la lista de las naciones patrocinadoras de terrorismo.
La misiva, enviada por el presidente al Congreso, reza: “Cuba ha acordado incorporarse a un diálogo judicial con Estados Unidos que incluirá discusiones con el objetivo de solucionar casos pendientes de fugitivos (…) Creemos que el interés de Estados Unidos de que se devuelva a estos fugitivos se beneficia con este diálogo con Cuba”.
Por su parte, el vocero del Departamento de Estado, Jeff Rathke, informó que las discusiones se iniciarán con la negociación sobre Joanne Chesimard, a quien Fidel Castro otorgó asilo después de que escapara de una prisión estadounidense donde cumplía sentencia por matar a un policía de Nueva Jersey, en 1973. También discutirán el caso de William Morales, un puertorriqueño buscado por estar relacionado a atentados con explosivos en Nueva York en la década de los 1970.
Rathke aseguró que con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas y la reapertura de una embajada en La Habana, serán capaces “de presionar más efectivamente al Gobierno cubano sobre asuntos judiciales, como el de fugitivos”.
El martes 14 de abril, el presidente Obama anunció la intención de retirar a Cuba de la lista de países que apoyan el terrorismo. El país caribeño fue designado como Estado patrocinador del terrorismo en 1982, una vez que Casa Blanca dijera que el Gobierno de Castro apoyaba las revoluciones armadas en América Latina por organizaciones que usaban acciones terroristas.
Pero Obama asegura que no hay pruebas de que La Habana haya apoyado el terrorismo en los últimos seis meses y que el Gobierno cubano ha asegurado a Estados Unidos que no apoyará al terrorismo en el futuro.