EnglishLa presidenta brasileña, Dilma Rousseff —en los primeros meses de su segundo mandato— enfrenta una fuerte crisis: el estancamiento económico y los diversos casos de corrupción han provocado, incluso, que la aprobación de su gestión sea únicamente del 19 % de la población. Ahora, con una imagen deteriorada, cambiará de estrategia.
Así, luego de un periodo de aislamiento, la mandataria decidió que era momento de mejorar el diálogo con la población y los medios. Además, señaló que de momento dejará por un lado el proyecto de regulación que tiene el Partido de los Trabajadores hacia la prensa. “Debemos siempre rendir cuentas a la población y velar por nuestra Democracia, que tiene en la libertad de expresión y de prensa uno de sus principales pilares”, expresó.
Una ley que regule a los medios de comunicación es un proyecto del Partido de los Trabajadores que venía de años atrás, pero que fue puesto en debate solo en enero de este año, cuando asumió el ministro de Comunicaciones, Ricardo Berzioni.
La situación de tensión que vive actualmente Brasil aumentó luego de que se conoció el escándalo de Petrobras que concluyó en una serie de manifestaciones realizadas alrededor de todo el país, las cuales provocaron la renuncia del jefe de la Secretaría de Comunicación Social, Thomas Traumann; esto, luego de que se filtrara un informe en el que el funcionario señalaba la estrategia de comunicación del país como “errática y errada”.
Por eso, el nuevo acercamiento de Rousseff con la prensa se dio durante el nombramiento de Edinho Silva, para ocupar el cargo que dejó Traumann. “Quien, como yo y todos los de mi generación, vivió bajo una dictadura, conoce el inmenso valor de la Libertad de Expresión y de Prensa. Estamos comprometidos con el derecho a manifestarse, a informar, a criticar. Estamos en contra de la censura, la autocensura, presiones, lobbies e intereses no confesados que pueden impedir el derecho a la libre expresión y a la Libertad de Prensa”, dijo en conferencia.
Por otro lado, la presidenta de Brasil también señaló que Libertad de Expresión “es también para ir a las calles, a reivindicar derechos o simplemente protestar”. No obstante, varios de los ministros de Gobierno calificaron a los manifestantes del 15 de marzo como “golpistas”.
Asimismo, Dilma Rousseff señaló que Silva tendrá “el más riguroso cuidado” respecto a la información pública y a cómo se repartirá la pauta de la publicidad oficial. Para esto se tienen asignados alrededor de US$65 millones anuales.
Fuentes: La Nación, Agencia Brasil y La Tercera.