English La presidenta de Argentina, Cristina Kirchner, presentó este domingo un discurso con fuertes críticas ante ambas cámaras del Congreso. Este domingo, Kirchner inauguró el período de sesiones ordinarias del Congreso Nacional y ofreció el que será su último discurso antes de las próximas elecciones, luego de ocho años en el poder.
En su alocución, de más de tres horas y media de duración, destacó el manejo del proceso de reestructuración de la deuda externa, y aseguró que Argentina “es el único país que ha descendido en forma significativa su deuda externa en todo el mundo”.
Luego reclamó que no haya “nunca más gobiernos que tengan que tomar deuda para pagar deuda”, y añadió: “hemos desendeudado definitivamente a la República Argentina”.

La presidenta continuó su discurso arremetiendo contra los acreedores internacionales en litigio con el país, los fondos buitre, llamándolos “chupadores de sangre internacionalmente reconocidos”.
Kirchner repasó los puntos principales de su agenda, basándose principalmente en estadísticas. Destacó el “el crecimiento industrial” y la aprobación de 48 nuevas leyes laborales durante el período de 10 años en los que ella y su difunto esposo, Nestor Kirchner, gobernaron el país.
Sin embargo no hizo mención alguna al alto nivel de inflación que afecta al país o a los numerosos casos de corrupción que involucran a altos miembros del gabinete de gobierno, los cuales incluyen al procesado vicepresidente Amado Boudou.
“Nos habían metido y picado la cabeza como el pájaro carpintero, de que todo estaba mal”, dijo Kirchner, “por eso el gran desafío fue mantener políticas públicas activas y aumentar las que ya habíamos desplegado para precisamente poder superar toda esta crisis”.
Entre los principales anuncios concernientes a la política interior, Kirchner anticipó que enviaría al Congreso un proyecto de ley para nacionalizar la administración de las líneas de ferrocarril.
La presidenta también defendió los polémicos acuerdos firmados con China a principios de año. “No se puede ser tan estúpido, no se puede ser tan colonizado mentalmente, tan subordinado intelectualmente, tan chiquito de cabeza y de neurona. ¡Por favor! ¿Dónde van a venir los chinos, qué miedo les tienen?”, exclamó.
En medio de una fuerte confrontación con el Poder Judicial, la presidenta acusó a los jueces y a los fiscales de formar un “Partido Judicial” y de ignorar a la Constitución.
“Últimamente el partido judicial se ha independizado pero de la Constitución, se ha independizado de las leyes, se ha independizado de los códigos, se ha independizado de todo el sistema normativo vigente. Y entonces sustituye lo que es una función específica del Poder Ejecutivo votado por el pueblo”, criticó Kirchner.
Sobre la investigación correspondiente al ataque terroristas contra el centro comunitario judío AMIA en 1994 y la denuncia por encubrimiento en su contra, la presidenta cuestionó la posición de Israel con respecto al tema: “si hay demoras en el juicio de encubrimiento por la AMIA, miren para otro lado, para este. Siempre me ha llamado poderosamente la atención, todavía no puedo entender por qué el Estado de Israel reclama por la AMIA y no reclama por la voladura de su propia embajada”, afirmó.
Kirchner aludió a la decisión del juez Daniel Rafecas de no impulsar la causa en la cual se la investiga, y reveló que, de acuerdo con documentos encontrados en su caja fuerte, el fiscal Alberto Nisman habría ponderado positivamente la gestión presidencial en Naciones Unidas para reclamar justicia a Irán y consideró que “el memorándum no es lo mejor”. Frente a estas contradicciones, la presidenta sugirió renombrar la causa “Nisman versus Nisman”.
El senador del partido de oposición Propuesta Republicana, Federico Pinedo, consideró que las palabras de la presidenta “no concuerdan con la realidad”. Por su parte el senador Luis Juez indicó que a la presidenta “le faltó humildad y autocrítica”.
Fuentes: La Nación, Buenos Aires Herald, Noticias Univision.