La presidente brasileña Dilma Rousseff mantendrá en su puesto a Graça Foster, CEO de la petrolera estatal Petrobras, sumida en un escándalo de corrupción de gran alcance. Sin embargo, este lunes afirmó que hará cambios en la junta directiva de la compañía más grande del país.
“Graça es una persona ética. Me dijo que si toda esta situación perjudicaba al Gobierno o a Petrobras, ella colocaba su cargo a disposición sin problemas. Yo le dije que no era necesario”, dijo Rousseff en un desayuno con periodistas en el Palacio de Planalto.
En entrevistas con diversos medios latinoamericanos durante el pasado fin de semana, Rousseff señaló que no hay una crisis de corrupción en Brasil, aseguró que “no hay intocables” en el país y que sancionará a los corruptos.
Roussef informó que en su segundo mandato, que comienza el 1 de enero de 2015, introducirá algunos cambios en las compañías estatales, incluido el consejo de administración de Petrobras.
La decisión, sin embargo, dependerá del nombramiento del nuevo ministro de Minas y Energía, que aún está pendiente. Rousseff afirmó que anunciará su nuevo gabinete antes del 29 de diciembre del presente año.
Hasta el momento 39 personas fueron procesados en el marco de la causa que investiga un esquema de corrupción alrededor de la petrolera brasileña, entre ellos se encuentra el exdirector de Refino y Abastecimiento de la compañía, Paulo Roberto Costa, quien ha sido el principal delator del escándalo. Costa actualmente permanece bajo arresto domiciliario y continúa colaborando con las autoridades a cambio de una reducción en su sentencia.
Los hechos de corrupción alrededor de Petrobras fueron descubiertos tras una investigación de la Policía Federal brasileña, la Operación Lava Jato, que destapó una trama que incluye el retiro ilegal de fondos de la compañía que sumarían más de U$4 mil millones de dolares durante más de una década. Costa incriminó a 28 políticos, algunos de ellos cercanos a Rousseff.