La crisis energética argentina queda en evidencia con tan solo analizar los pasivos de las empresas de distribución eléctrica que, hasta el último día de noviembre, le debían al Estado unos AR$18.350 millones (US$1,41 mil millones), según estadísticas a las que accedió el diario local La Nación
Las principales deudoras son Edenor y Edesur, las dos compañías más grandes, encargadas del servicio en la Ciudad de Buenos Aires y el aérea metropolitana: su deuda asciende a AR$6.250 millones (US$480 millones) y AR$5.700 millones (US$438 millones), respectivamente. Son seguidas de cerca por las mayores empresas a nivel provincial, como la de la provincia de Córdoba, EPEC, con 1,1 millones de habitantes, Edelap, y la chaqueña Secheep, que hasta hace algo más de un año era administrada por el ahora jefe de Gabinete, Jorge Capitanich.
La cadena de pagos del sector eléctrico en Argentina está quebrada. La empresa Cammesa, creada en la década de 1990 como una empresa mixta, aunque ahora bajo control gubernamental, es la empresa encargada de comprarles energía a las generadoras; luego la despacha y abastece a la distribuidoras, que llevan la energía hasta el cliente final. Las distribuidoras le pagan a Cammesa, que a su vez debe pagarle a los generadores, sin embargo, nada está vigente en la actualidad.
La distribuidoras, tienen sus tarifas paralizadas desde los inicios del kirchnerismo en 2003. Sumado a un aumento de costos y una disminución de ingresos (por la inflación), las compañías distribuidoras enfrentan una sequía de fondos. Frente a esta situación suspendieron los pagos a su principal proveedor, Cammesa.
“La causa es que las distribuidoras siguen con tarifas congeladas, sin subsidios y con una inflación de 40% anual. Además de los convenios laborales, para nada competitivos. Pero hay un subsidio no oficializado que les permite seguir operando”, explicó el ex secretario de Energía Emilio Apud.
Los cortes de energía son habituales en Argentina, especialmente en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores, cuando en verano las altas temperaturas generan una alta demanda de energía y terminan por sobrecargar el sistema.
En julio de este año el Gobierno argentino debió asignar nuevas partidas a los subsidios energéticos, ya que en los primeros seis meses del año se había utilizado el 97% de los fondos disponibles para ese fin. Entre enero y noviembre de 2014, la deuda que la distribuidoras eléctricas mantiene con el Estado se multiplicó por 2,38.
Fuente: La Nación.