English El caso de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, México, el pasado 26 de septiembre continúa convulsionando al país. Durante el fin de semana, una serie de disturbios en varias ciudades mexicanas dieron prueba de un incremento en la presión sobre el presidente mexicano Enrique Peña Nieto.
El procurador general, Jesús Murillo Karam, anunció el pasado viernes que tres detenidos, integrantes de la banda criminal Guerreros Unidos, confesaron que los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa fueron asesinados y señalaron el lugar donde fueron colocados sus restos tras ser incinerados durante 14 horas. La noticia despertó protestas en varias ciudades, y muchas de ellas derivaron en disturbios.
Tras una multitudinaria marcha pacífica, una veintena de manifestantes armados con cócteles molotov intentaron derribar las puertas del Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo. Por los incidentes, 18 personas fueron detenidas, de las cuales 15 recuperaron su libertad este lunes.
El domingo, las protestas se trasladaron a Chilpancingo, capital del Estado de Guerrero. Allí un grupo de estudiantes de Ayotzinapa provocó destrozos en los alrededores del Palacio de Gobierno. Los manifestantes incendiaron los autos estacionados dentro del edificio, un auto policial y varias camionetas. Posteriormente, se retiraron sin que mediara intervención policial.
Otra protesta tuvo lugar en el enclave turístico de Acapulco, a 200 km de Iguala. Este lunes, cientos de estudiantes, padres y maestros de la Coordinadora Estatal de Trabajadores de la Educación de Guerrero tomaron las instalaciones del aeropuerto y bloquearon las puertas durante aproximadamente tres horas.
Peña Nieto fue uno de los blancos principales de las críticas. Su viaje a la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC) generó un rechazo generalizado entre los familiares de las víctimas.
#YaMeCanseDelMiedo
En las redes sociales, el hashtag #YaMeCanseDelMiedo se transformó en el grito de guerra. La frase replica las declaraciones de Murillo, quien tras una hora detallando cómo los estudiantes habrían sido asesinados, deslizó con una voz que evidenciaba el desgaste: “Ya me cansé”.
Mensajes como “ya me cansé de tanta impunidad” o “ya me cansé de la injusticia” poblaron las redes sociales. Incluso, unos 300 manifestantes se congregaron frente a la sede de la Fiscalía General y con pintura blanca escribieron #YaMeCanseDelMiedo, un hashtag que se convirtió en tendencia en Twitter a nivel mundial.
MÉXICO ESTÁ VIVO. EL ESTADO HA MUERTO. #YaMeCansé #YaMeCanséDelMiedo #AccionGlobalporAyotzinapa pic.twitter.com/01NRT3vKJZ
— ????? ????????? (@tryno) November 8, 2014
Fuente: El Universal.