El Gobierno chileno presentó este martes ante el Congreso el proyecto de ley antiterrorista que autorizará investigaciones con agentes encubiertos e incorpora la figura de “terrorista solitario”.
“Proponemos una ley muy dura que sanciona drásticamente a quienes se sientan con la libertad de atentar contra ciudadanos inocentes”, remarcó el ministro del Interior, Rodrigo Peñailillo.
Tras varios meses de discusión, el oficialismo y la oposición alcanzaron un acuerdo para debatir en el Congreso el proyecto de ley que introducirá reformas substanciales a la norma vigente, sancionada en 1984 durante la dictadura de Augusto Pinochet.
Proyecto de ley de modificación de la Ley Antiterrorista
El proyecto contempla la utilización de agentes encubiertos que deberán ser funcionarios policiales y además obtener la autorización de un juez de garantías a solicitud del Ministerio Público.
Los agentes estarán exentos de responsabilidad penal de los delitos en que deban incurrir o que no hayan podido impedir, cuando esto ocurra dentro del marco de la autorización judicial y en relación a la investigación que se esté desarrollando.
En otro aspecto polémico, el proyecto incorpora la figura de “terrorista solitario” para sancionar a quienes actúan “con los propósitos terroristas de una organización o asociación terrorista, aunque sin pertenecer a ella”. De esta manera, un fiscal ya no deberá demostrar que el sospechoso es parte de una “asociación ilícita” para ser acusado por terrorismo.
La iniciativa, que ingresará al Senado este martes y su tramitación podría durar hasta seis meses, establece un plazo de hasta tres años para las investigaciones de actividades terroristas, las cuales el Ministerio Público podrá mantener en secreto, aunque tendrán que registrarse en un archivo especial.
También persigue crímenes cuyo propósito sean “socavar o destruir el orden institucional democrático, imponer exigencias a la autoridad política, arrancar decisiones de esta”.
La iniciativa incorpora el concepto de “asociación criminal terrorista”, que comprende a las agrupaciones que tengan como finalidad cometer crímenes de lesa humanidad y genocidio.
Según Peñailillo, con estas modificaciones la iniciativa “se hace cargo del terrorismo tal como está concebido hoy día en el mundo”.
En septiembre, una serie de atentados que dejó 15 heridos en la capital chilena aceleró los tiempos de discusión del actual proyecto.
Fuente: El Mercurio.