Una migrante pakistaní que vivía en la provincia de Saskatchewan, Canadá, fue deportada el pasado martes 16, y ahora corre riesgo su vida.
Jamila Bibi, quien escapó de Pakistán luego de ser falsamente acusada de adulterio en 2007, rompió en llanto en el aeropuerto de Saskatoon, Canadá, momentos antes de abordar el avión que la llevó de regreso a su país. Su abogado afirma que en Pakistán ella puede llegar a ser sentenciada a morir por lapidación.
Bibi fue arrestada el miércoles 10, mismo día que afirmó “ahora puedo matarme” tras la entrevista previa a su expulsión, de acuerdo a documentos de la corte federal. “No he hecho nada malo, no he robado nada, trabajé y ahora están haciendo esto”, citó Bibi a un funcionario según consta en los documentos.
Bashir Khan, abogado de Bibi, mencionó que las acusaciones surgen de una disputa con su familia por la propiedad de un terreno. La familia le había acusado de adulterio como forma de venganza.
La deportación fue efectuada a pesar de una orden de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de las Naciones Unidas que le solicitaba al Gobierno canadiense detener la expulsión. “Yo sé que mi vida va a correr peligro si soy enviada de vuelta y preferiría tener una muerte pacífica aquí que ser asesinada por algo que no hice”, escribió Bibi en una carta a la ONU.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional (AI) también le solicitó al Gobierno de Canadá reconsiderar la decisión de deportar a Bibi alegando que el organismo de la ONU primero debería terminar su trabajo antes de tomar cualquier decisión concluyente.
“No hay forma de que Canadá quiera ser responsable de retornar a una mujer a un país en la que sus derechos podrían ser violados”, dijo Gloria Nafziger, una coordinadora de refugiados para AI, en declaraciones al medio de Canadá CTV News.
Fuente: CTVNews.