Después de pasar 50 años viviendo en Estados Unidos, el cubano Mario Hernández, de 58 años, se enteró de que no era ciudadano estadounidense. Hernández se alistó a los 19 años al Ejército estadounidense y posteriormente trabajó como guardia de una prisión federal, donde vigiló inclusive a Timothy McVeigh, condenado por un sangriento ataque terrorista a un edificio público de Oklahoma en 1995 .
Pero en 2013, cuando Hernández se retiró del servicio público y solicitó un pasaporte para viajar con su esposa, recibió la noticia de que no se encontraba naturalizado. Entonces solicitó al Departamento de Seguridad Nacional dicho trámite, el cual le fue negado en marzo pasado.
Hernández llegó a Estados Unidos con su familia en 1965 a bordo del llamado “Vuelo de la Libertad” de la aerolínea Pan American. Bajo la Ley de Ajuste Cubano de 1966, después de un año podía solicitar la tarjeta verde, que otorga residencia permanente, y tras cinco años solicitar la naturalización. Pero Hernández siempre pensó que cuando se enlistó para la Guerra de Vietnam, en 1975, el Ejército se había encargado de su documentación.
Su abogada, Elizabeth Ricci, dijo que la ley federal permite que los inmigrantes que sirven durante un “periodo designado de hostilidad” consigan directamente la nacionalidad, y que Hernández asumió que el juramento y los trámites que realizó antes de entrar al Ejército correspondían a esa naturalización. Ahora, la abogada, quien presentó una apelación, teme que la agencia prepare cargos criminales acusándolo de presentarse falsamente como ciudadano.
Ricci cree que pueden existir cientos de miles de casos casos como el de Hernández, relacionados con naturalizaciones que el Ejército de Estados Unidos no facilitó.
Fuente: Reuters.