En la tarde de este domingo 5 de enero, 100 diputados de la oposición venezolana ratificaron a Juan Guaidó como presidente del Parlamento y, en consecuencia, presidente interino de Venezuela. La discusión se dio en medio de un contexto completamente inusual debido al asalto con el que, más temprano, el chavismo tomó el Palacio Legislativo y juramentó, de forma ilegal, otra junta directiva.
Hoy los diputados opositores no se pudieron reunir en la sede de la Asamblea porque el régimen de Nicolás Maduro, con sus fuerzas de seguridad, impidió el ingreso de una parte importante de ellos. Guaidó, pese a los esfuerzos —como su intento de trepar una reja—, tampoco pudo ingresar al Palacio Legislativo. Aprovechando la ocasión, y sin contar con el quórum necesario, la bancada del chavismo junto a algunos diputados presuntamente opositores —acusados, por esta acción, de haber sido sobornados—, designaron una junta directiva presidida por Luis Parra, un diputado que antes pertenecía al partido Primero Justicia y hace un mes se vio inmerso en un escándalo de corrupción. Esto, por supuesto, fue desconocido por la oposición venezolana y por varios actores de la comunidad internacional. (Este último episodio es relatado en una nota que recientemente publicamos).
Como no se pudo sesionar en la sede habitual, Guaidó convocó a los asambleístas a asistir al edificio del diario El Nacional para poder instalar la sesión y designar la junta directiva del Parlamento para el año 2020. El acto se llevó a cabo y todos los diputados que participaron, cien en total, respaldaron la fórmula propuesta por la diputada Delsa Solórzano: Juan Guaidó para la reelección de la presidencia, el diputado Juan Pablo Guanipa para la primera vicepresidencia y el diputado Carlos Berrizbetia para la segunda vicepresidencia.
Había gran interés en saber, finalmente, cuál iba a ser la postura que asumiría la Fracción 16 de Julio, ese grupo conformado por diputados de los partidos de María Corina Machado y Antonio Ledezma y que durante los últimos meses han guardado una posición sumamente crítica de la gestión de Guaidó como líder de la oposición y cabeza del Ejecutivo. Antes de iniciar la votación por la fórmula, el diputado del partido Vente Venezuela de Machado, Omar González, lo aclaró: «Aunque en la Fracción 16 de Julio teníamos previsto abstenernos hoy, hemos decidido respaldar la democracia». Todos los diputados del grupo, a pesar de sus inmensas diferencias con la forma en la que se ha venido desempeñando el Gobierno interino, apoyaron la reelección de Guaidó. En ese sentido, los partidos minoritarios y mayoritarios de la oposición hoy coincidieron en ratificar el interinato reconocido por más de cincuenta países, incluido Estados Unidos.
En su primer discurso luego de la reelección, Guaidó habló de rectificación. Aún considerando que lo de hoy es un triunfo, no se puede desestimar la verdad que se impone y se vuelve sumamente incómoda para el Gobierno interino y el Parlamento: los errores estratégicos, la corrupción, el proceso de diálogo, la opacidad y el mediocre manejo comunicacional han minado letalmente la confianza de la gente en un liderazgo que insiste en mantener la batuta del proceso. Por otro lado, el chavismo luce más fuerte que hace un año. En contexto ya no es tan favorable.