No es cualquier cosa: según publicó The Washington Post en la noche de este lunes 19 de noviembre, el Gobierno de Estados Unidos estaría preparándose para incluir a Venezuela en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional.
El diario estadounidense cita a “oficiales de Estados Unidos y correos internos del Gobierno”.
Se trata de una designación impulsada en septiembre de este año por los senadores Marco Rubio, John Cornyn y Gory Gardner. En su momento, el trío envió una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, recordándole “los nexos documentados” de Nicolás Maduro con las guerrillas colombianas FARC, ELN y con el grupo terrorista libanés Hezbolá.
“No sorprende que la dictadura de Maduro haya ayudado y respaldado a terroristas, después de cooperar por años con las FARC, el ELN y otros terroristas narcotraficantes”, se lee en la carta enviada el pasado 26 de septiembre.
Ahora, de acuerdo con The Washington Post, se sabe que las demandas no fueron desoídas.
Si el Departamento de Estado de Estados Unidos (el encargado de confeccionar la lista) finalmente decide señalar a Venezuela como Estado patrocinador del terrorismo, el régimen de Maduro acompañaría a Corea del Norte, Irá, Siria y Sudán.
La presencia de un país en la lista viene acompañada, naturalmente, de estrictas sanciones por parte de Estados Unidos. Y, aunque la administración de Donald Trump ya ha impuesto fuertes amonestaciones contra el Gobierno venezolano, es posible que los asedios escalen a otro nivel.
Diego Arria, expresidente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, exasesor del secretario general de la ONU (Kofi Annan) y exembajador de Venezuela, le dijo al PanAm Post que la inclusión de Venezuela en la lista del Departamento de Estado eleva todo “a otro peldaño”.
“El cerco se aprieta. Aunque el régimen de Maduro ha violentado a sus ciudadanos. Con corrupción y delitos de lesa humanidad; todo ello es poco para Estados Unidos como el terrorismo”, dijo Arria. “El terrorismo significa un inmenso peligro para la seguridad regional”, agregó.
Las pruebas
El exconsejero legal de la embajada de Venezuela en Irak entre 2013 y 2015, Misael López, había asegurado al medio CNN que “en Irak la gente pagaba mucho dinero por una visa o pasaporte, hasta USD $15.000”. Se refiere a documentos venezolanos que permiten la entrada a más de 130 países sin visado, incluidos 26 en Europa.
“La investigación apunta al actual vicepresidente de Venezuela Tarek El Aissami, que habría ordenado la emisión de pasaportes entre 2008 y 2012 para personas de Oriente Medio. Algunas de estas personas estarían vinculadas con el grupo terrorista chiita libanés Hezbollah, de acuerdo con el informe”, se lee en una nota de Infobae sobre el reportaje de CNN.
Esto quiere decir que gracias al amparo de los documentos venezolanos terroristas y fundamentalistas estarían viajando por el mundo sin restricciones. A esto se le sumaría el respaldo que la dictadura venezolana hacia los grupos guerrilleros FARC (ahora disidencias) y ELN, quienes se encuentran manejando parte del sur del país y son dueños de minas, donde explotan oro, coltán, entre otros minerales, para financiar sus operaciones.
Si Estados Unidos declara a Venezuela como Estado patrocinador del terrorismo el juego cambiaría drásticamente. La tensión escalaría y, entonces, las herramientas para asediar también.
Figurar en una lista junto a Irán, Corea del Norte, Siria y Sudán es escandaloso. Y es importante: el Estado venezolano es mucho más débil que los demás países en la nómina. Además, Venezuela sería el «único» Estado occidental que formaría parte de esa lista. Occidental y en el mismo continente que Estados Unidos.
Es todo el contexto que hay que tomar en cuenta para prever cuáles podrían ser las próximas acciones de Estados Unidos. En el Washington Post hablan de embestidas a los ingresos por petróleo o fuertes sanciones financieras. Pero en El Nuevo Herald recuerdan que desde hace bastante el presidente Trump ha estado hablando de intervenir militarmente a Venezuela para deponer al régimen de Maduro.
“Los expertos están divididos sobre la conveniencia de designar a Venezuela como un Estado patrocinador del terrorismo: algunos dicen que podría proporcionar una presión útil contra el régimen de Maduro, cada vez más autoritario, y otros expresaron su preocupación de que pudiera ayudar al mensaje antiestadounidense de Maduro o ser usado como pretexto para una intervención militar de los Estados Unidos”, se lee en dicho medio.