El chavismo degeneró el civilismo del cinco de julio, día en que se firmó la Declaración de la Independencia, y lo convirtió en una exposición de músculo militar. Pero mediocre y vulgar. Para nada intimidante. Sin embargo, lo particular del desfile de este jueves, es que se realizó en medio del escándalo por la publicación de Associated Press.
Un periodista de AP reveló detalles de una reunión en Washington en agosto del año pasado. En el lugar, entre sus asesores, el presidente Trump aseguró que le gustaría ejecutar una incursión militar en Venezuela para solucionar el problema de Maduro. El artículo, por supuesto, generó un alboroto en el país y entre la cúpula del chavismo.
Este miércoles, cuando se supo la noticia, el número dos del chavismo y presidente de la ilegal Asamblea Nacional Constituyente, Diosdado Cabello, alertó sobre la posibilidad de una “invasión” de Estados Unidos. Dijo que nadie está preparado para los daños colaterales y aseguró que su país podría convertirse en ejemplo de otra expedición fallida, como las de Irak, Pakistán o Libia.
Ahora Maduro aparece en un abrumador desfile militar, rodeado por uniformados y centra su discurso, ante el Ejército, en la acalorada discusión sobre la inminente posibilidad de una ofensiva radical de Estados Unidos.
El Paseo Monumental Los Próceres, en Caracas, fue el escenario. El concreto, camuflado por el tricolor, recibió a los miles de soldados, famélicos, que marcharon frente al dictador.
Pese a que el chavismo degradó el cinco de julio, las gradas para advertir el desfile siempre se mantuvieron llenas. Durante la fiesta del 24 junio —día que se celebra la Batalla de Carabobo— y, también, la del cinco de julio. Sin embargo, el vacío tronó durante el desfile de este año. Las calles de Santa Mónica, adyacentes a Los Próceres, conservaron la miserable normalidad de un país que no puede detenerse, porque sucumbe.
Venezuela nació de la idea y el espíritu rebelde e independentista de nuestros libertadores que hoy sigue vivo en los hombres y mujeres de nuestra FANB #IndependenciaParaSiempre. pic.twitter.com/xwBL2bctpc
— Nicolás Maduro (@NicolasMaduro) July 5, 2018
La tropa marchó, demacrada y cabizbaja ante el rechoncho tirano. Un dictador que demostró su cobardía con varios anillos de seguridad y las calles de Santa Mónica, Los Próceres y Fuerte Tiuna cerradas.
Y ello es lo especial: uno podría especular y decir que existe el pánico. Maduro caminó entre oficiales, semanas después de que periodistas y medios reseñaran la frustración de la mayor conspiración militar de la historia del chavismo. Y podrían ser movimientos que aún no se han suprimido del todo. Que pudieran todavía tener vida. Y andar por ahí sin ser detectados.
Pero además, luego de lo revelado por Associated Press, está la inminencia de una ofensiva militar gringa. O la creencia de que existe esa posibilidad.
“Nuestro pueblo siente orgullo de tener un Ejército con la fuerza, la organización y la disposición de combate como la hemos visto hoy aquí. De tener una Fuerza Armada Nacional Bolivariana lista para defender mares y ríos. Y la dignidad y el honor”, dijo Maduro frente a los soldados.
“Venezuela necesita de una fuerza militar de una alta moral. Oficiales que defiendan con razones, con pasión, el derecho más grande que tiene nuestra patria en toda su historia: vivir en paz. Pero nuestra Fuerza Armada Nacional Bolivariana tiene la responsabilidad, frente a su pueblo, frente a su familia, de estar preparada de defender el territorio nacional en cualquier condición”, dijo.
Luego, espetó: “Por toda su lealtad, ¡gracias, Fuerza Armada!”.