La fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, continúa acentuando sus maniobras en contra del régimen dictatorial de Nicolás Maduro.
La anterior cabecilla del chavismo está decidida. Desde el exilio, donde tiene más de cinco meses, hará lo posible para que el autoritarismo caiga y pueda, de esa forma, reivindicarse.
En una entrevista al medio W Radio de Colombia, Ortega Díaz insistió en que la solicitud que hizo al Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela en el exilio para que se inicie la captura internacional de Nicolás Maduro, no fue solo una acción simbólica.
“Tiene todas las herramientas por Constitución, por eso ellos [los magistrados del TSJ legítimo] deben librar la orden de captura a Maduro”, dijo la fiscal, quien además informó que por su lado acudirá a la Interpol (Organización Internacional de Policía Criminal) “para que lo accionen con alerta roja”.
“Si Maduro va a Perú lo pueden detener”, espetó, haciendo referencia a la posible visita del dictador a la VIII Cumbre de las Américas en Lima, a pesar de que no está invitado.
Por otra parte, Luisa Ortega Díaz habló sobre las razones que la hicieron huir de Venezuela y el peligro imperante en un país subordinado a mafias y delincuentes.
En agosto tuvo que montarse en una lancha hacia Aruba porque, según cuenta, estaba al tanto de un presunto atentado en su contra. Responsabiliza a la ministra de Servicios Penitenciarios: “Me llegó la información. Hay un personaje nefasto que se llama Iris Varela, ella se refería a mí, que ella misma iba a poner presa”.
“El cartel de los soles sí existe”, dijo a W Radio. No se trata de un mito. Realmente, en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana funciona una mafia de narcotraficantes. Sobre esta información ampliará en un libro que, reveló, está redactando.
“Tengo proyectado poder viajar a Estados Unidos. Les he entregado documentos y eso está en función del rescate de Venezuela. Estoy a favor de la ayuda humanitaria. Debería permitirse”.
Puede haber cualquier motivación detrás de sus esfuerzos. Para Estados Unidos, son simples ambiciones personales, porque, aparentemente, Luisa Ortega Díaz solo quiere ser presidenta de Venezuela. No obstante, para llegar a ese puesto primero debe retornar la libertad a un país secuestrado. Por lo tanto, lo cierto es que sus acciones han generado inquietud entre los miembros del régimen de Nicolás Maduro.
“Recibo información importante de que Tareck El Aissami [vicepresidente] habría negociado con Walid Makled la liberación de uno de sus hermanos, a cambio de que el narcotraficante incrimine a la fiscal Luisa Ortega Díaz en caso de drogas”, informó hace unos días el periodista venezolano Alberto Rodríguez.
“Las últimas acciones de la fiscal Luisa Ortega Díaz tendría al Gobierno muy preocupado, por lo que estarían buscando la forma de incriminarla en casos de drogas para intentar frenar sus acciones y credibilidad ante organismos internacionales”, continuó el periodista en su cuenta de Twitter.
Por último, al unir sus esfuerzos a los del Tribunal Supremo Legítimo de Venezuela en el exilio, se está creando una alianza institucional fundamental que podría, en el marco internacional, generar una presión decisiva sobre el chavismo.