
El pasado 19 de febrero la fiscal general legítima de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, solicitó la captura internacional del dictador Nicolás Maduro por casos de corrupción. Se lo pidió al Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, al que le pidió un antejuicio de mérito contra el chavista.
En ese momento Luisa Ortega Díaz aseguró que contaba con pruebas de pagos de sobornos que había hecho la polémica constructora brasileña Odebrecht a Nicolás Maduro. Por ello decidió juntar esfuerzos con el legítimo Tribunal Supremo de Justicia en el exilio, reconocido además por las naciones democráticas y por la Organización de Estados Americanos.
Es su más reciente asedio al régimen chavista del que se apartó definitivamente hace casi un año y, —según revela el periodista venezolano Alberto Rodríguez—, se trata de un ataque que genera inquietud en el dictador.
“Recibo información importante de que Tareck El Aissami [vicepresidente] habría negociado con Walid Makled la liberación de uno de sus hermanos, a cambio de que el narcotraficante incrimine a la fiscal Luisa Ortega Díaz en caso de drogas”.
“Las últimas acciones de la fiscal Luisa Ortega Díaz tendría al Gobierno muy preocupado, por lo que estarían buscando la forma de incriminarla en casos de drogas para intentar frenar sus acciones y credibilidad ante organismos internacionales”, continuó el periodista en su cuenta de Twitter.
Luego de que se concretara la ruptura entre la fiscal general de la República y el chavismo, a finales de marzo del año pasado, cuando denunció en ese momento el quebrantamiento del “hilo constitucional”, fueron muchos los que depositaron sus esperanzas en la capacidad de daño que pudiese hacer Ortega Díaz en el régimen.
Al principio sobresalió por su ímpetu y sus declaraciones. En agosto del año pasado fue forzada a asumir el exilio. Se veía como una figura peligrosa —y ahora más, que gozaba con la libertad que le brindaban otras naciones—. Sin embargo, el impulso de Luisa Ortega Díaz fue menguando hasta que dejó de tener la misma importancia.
Pero la fiscal no ha reposado. Aunque mucho más tímida, su objetivo sigue siendo el cambio de régimen en Venezuela. Ha venido trabajando en eso desde que tuvo que huir de su país. Quizá motivada por ambiciones personales —o quizá no—; pero ha mantenido su interesante contienda.
Ahora la información del periodista Rodríguez demuestra que, en el exilio y casi olvidada, la fiscal Luisa Ortega Díaz sigue teniendo la fuerza para generar daños importantes en la dictadura.
Mucho más en este momento, que ha decidido unir sus esfuerzos a los del legítimo Tribunal Supremo de Justicia en el exilio.
22/02 Reunión de Sala Plena del TSJ Legitimo, en donde se procedió a dar entrada al antejuicio de mérito presentado por FGR Dra. Luisa Ortega contra el ciudadano Nicolás Maduro. Se procedió a la designación de ponente.@Almagro_OEA2015 @lortegadiaz pic.twitter.com/0ObZhL9CWJ
— TSJ_Legítimo (@TSJ_Legitimo) February 23, 2018
Tanto los magistrados como Luisa Ortega Díaz representan instituciones fundamentales de Venezuela. Aunque el régimen ha intentado sustituirlos, no ha podido secuestrar la legitimidad que les pertenece —y que reconoce gran parte de la comunidad internacional—.
Este 22 de febrero el Tribunal Supremo de Justicia recibió el antejuicio de mérito que presentó Ortega Díaz. Según informaron, el ponente de la reunión sobre la solicitud de la fiscal fue el secretario general de la OEA, Luis Almagro. Es cuestión de tiempo para que los esfuerzos sigan avanzando en la dirección correcta.
Mientras, la dictadura tratará de enlodar a todo aquel que le sea incómodo.
El narcotraficante en el que se apoyará la dictadura
De acuerdo con el periodista Rodríguez, Tareck El Aissami buscaría llegar a un acuerdo con Walid Makled para que este vincule a la fiscal Luisa Ortega Díaz con el narcotráfico.
Aparentemente El Aissami estaría dispuesto a liberar a uno de los hermanos de Makled a cambio de que colabore con el régimen de Nicolás Maduro.
Walid Makled es un reconocido empresario venezolano de origen sirio que escaló gracias a sobornos. Fue dueño de la aerolínea más grande del país, Aeropostal, durante la administración de Hugo Chávez. También dirigió empresas aduaneras y de transporte en el país.
Sin embargo, su nombre irrumpió en los medios a finales de 2010, cuando el Gobierno de Colombia lo capturó por su relación con el narcotráfico y lavado de dinero. Para el momento ya circulaba una orden roja de captura de la Interpol, ya que Makled se había convertido en uno de los narcotraficantes más buscados del mundo.
El delincuente, quien había amasado una fortuna superior a USD $1.2000, fue extraditado a Venezuela en 2011. Cuatro años después fue condenado por el Tribunal Supremo de Justicia a 14 años y seis meses de prisión, y actualmente se encuentra en los calabozos del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional (Sebin).
Además de él, tres hermanos también se encuentra detenidos: uno por “ocultamiento de armas”; y los otros dos por delito de legitimación de capitales”.
Los detalles de las condiciones de la detención de Walid Makled no se conocen ampliamente. Sin embargo, el narcotraficante ha sido trasladado a recintos médicos cada vez que lo necesita —a diferencia de los presos políticos de la dictadura—.
Por último, es importante insistir en que Makled fue por ocho años un personaje que tenía estrechas relaciones con el régimen de Hugo Chávez. De hecho, según él mismo dice, en 2007 aportó USD $ 2 millones a la campaña del expresidente por la reforma constitucional.